Te Mienten: Este ‘Rebote’ del Mercado es una Burla
SE ESTÁN RIENDO DE TI. OTRA VEZ.
Y la maquinaria sigue girando. Los encabezados gritan sobre un “rebote”. Te dicen que el S&P 500 está subiendo, que el tren de la Inteligencia Artificial intenta “regresar”, que Wall Street abre al alza por las “expectativas” de un recorte de tasas. Qué sarta de estupideces. Te están vendiendo una fantasía envuelta en una mentira, y creen que eres lo suficientemente tonto como para comprarla.
Esto no es un rebote. Es un último respiro. Es el espasmo de un cadáver al que le están inyectando formol monetario, con la esperanza de poder pasearlo una temporada navideña más antes de que el hedor sea insoportable.
El Patético Complejo de Salvador de la IA
Hablemos de ese “regreso del comercio de IA liderado por Alphabet”. ¿Regreso de qué? ¿De un par de semanas malas? Toda la narrativa es una farsa, un intento desesperado por mantener inflada la burbuja con la última palabrita de moda, porque los fundamentos de la economía real, la que tú y yo vivimos, se están pudriendo por dentro. La Inteligencia Artificial es la nueva hipoteca subprime, el nuevo sueño puntocom, la nueva tulipomanía. Y están empaquetando este aceite de serpiente digital y vendiéndotelo como la piedra angular de un nuevo mercado alcista. No manches, es un chiste.
Porque mientras las acciones de Alphabet suben un poquito, ellos están perfeccionando simultáneamente los sistemas diseñados para hacer que tu trabajo, mi trabajo y el trabajo de tus hijos sean obsoletos. Están construyendo las herramientas de nuestro reemplazo mientras usan el circo mediático alrededor de esas mismas herramientas para enriquecerse a sí mismos y a sus accionistas. Y los medios, sus perros falderos, lo reportan como algo positivo. Un “regreso”. Qué asco.
Pero esto no se trata de innovación. Nunca se ha tratado de eso. Se trata de control narrativo. Porque mientras puedan mantener la conversación centrada en el potencial mágico de la IA que mejorará todo mañana, quizás no te des cuenta de que tu cuenta del súper se ha duplicado hoy, que tu deuda en la tarjeta de crédito está en un máximo histórico, o que tu salario no ha seguido el ritmo del costo real de la vida en cincuenta años. Es un truco de magia. Mira el robot brillante, no mires tu cartera vacía.
¿Y qué pasará cuando esta burbuja de IA explote? Y va a explotar. Cada manía especulativa en la historia ha terminado de la misma manera: con los de adentro cobrando en la cima y los inversionistas minoristas —la gente común que atrajeron con promesas de riquezas infinitas— quedándose con las manos vacías mientras todo se derrumba. Te dirán que nadie pudo haberlo previsto. Pero te lo digo ahora mismo. Se ve venir. Es un tren de carga a lo lejos, y te están diciendo que es el sonido del progreso.
LA RESERVA FEDERAL: ADICTOS Y NARCOS
Pero la historia de la IA es solo el espectáculo secundario. El evento principal, el verdadero motor detrás de este patético punto verde en la pantalla, es el mismo veneno de siempre que ha estado matando la economía real durante décadas: la Reserva Federal de Estados Unidos. Los titulares lo dicen todo: “expectativas de recorte de tasas de interés de la Fed”. El mercado no sube porque las empresas sean rentables de repente o porque la economía sea fuerte. Claro que no. Eso sería absurdo. El mercado está subiendo porque un puñado de banqueros no electos en una sala de juntas están susurrando sobre volver a abrir las llaves del dinero barato.
Todo el sistema es un drogadicto, y la Fed es su dealer. Durante más de una década, han estado bombeando heroína de tasa de interés cero al mercado. Creó la burbuja de activos más grande de la historia de la humanidad. Desconectó por completo el mercado de valores de la realidad. Pero ahora, después de un breve y patético intento de desintoxicarse subiendo las tasas para combatir la misma inflación que ellos causaron, el adicto está gritando por otra dosis. Y el dealer está a punto de ceder.
Esto no es fortaleza. Es debilidad. Es una admisión tácita de que toda la economía gringa es un castillo de naipes que no puede soportar ni una brisa suave de tasas de interés normales. No pueden pagarlo. El gobierno no puede pagar los intereses de su propia deuda monumental. Las corporaciones que se atiborraron de crédito barato no pueden pagarlo. Así que tienen que recortar. Tienen que volver a imprimir dinero, devaluar tus ahorros y bombear aire a la burbuja. Para ellos, el impacto que esto tiene en países como México les vale madres, mientras su casino siga abierto.
Porque ese es el juego. Crean inflación a través de una política monetaria imprudente. Luego, fingen combatirla subiendo las tasas, lo que aplasta a la clase trabajadora y a las pequeñas empresas. Luego, justo cuando el sistema comienza a resquebrajarse, giran de nuevo hacia el dinero fácil, lo que dispara las acciones y hace que sus amigos ricos sean aún más ricos. Enjuagar y repetir. Y tú eres el que sale perdiendo en cada ciclo.
Historia de Dos Mundos
Y el momento en que ocurre todo es simplemente la cereza del pastel de un cinismo cruel. Están impulsando esta narrativa del “rebote en la semana festiva de Acción de Gracias”. Qué insulto tan absoluto. Mientras millones de familias en su país, y millones más aquí en México que dependen de las remesas, ven el precio de los alimentos y tienen que tomar decisiones difíciles, los parásitos de Wall Street están celebrando porque sus números digitales subieron. Tendrán sus festines, pagados por un sistema que extrae la riqueza de abajo y la canaliza directamente hacia arriba. Su riqueza de papel está construida sobre los cimientos de tu lucha en el mundo real.
No les importa que el costo de la vivienda sea astronómico. No les importa que una visita al médico pueda llevarte a la quiebra. No les importa que tengas dos trabajos solo para mantenerte a flote. Lo único que les importa es que la línea en el gráfico suba. Ese es su marcador. Y cada punto que gana es un punto anotado en tu contra.
Esto no es una economía. Es un casino. Un casino arreglado donde la casa siempre gana porque la casa imprime el dinero. Ellos controlan las reglas. Cambian las reglas cada vez que empiezan a perder. Y tienen el descaro de llamarlo “libre mercado”. ¡Qué poca madre!
No te lo creas. Este pequeño repunte es oro falso. Es una trampa diseñada para atraer el último poco de dinero tonto antes de que vuelvan a jalar la alfombra. Los problemas estructurales no han desaparecido. La deuda sigue ahí, más grande que nunca. La inflación está arraigada. La situación geopolítica es un barril de pólvora. Y la creencia de que un puñado de acciones tecnológicas y la promesa de más dinero falso de la Fed pueden arreglarlo todo es peligrosamente demencial.
Así que déjalos celebrar su patético rebote. Déjalos brindar por sus ganancias de papel. Porque la realidad viene por ellos. Viene por todos nosotros. Y cuando esta burbuja de todo finalmente implosione bajo el peso de su propia corrupción y mentiras, no dejes que te digan que nadie lo vio venir. Lo estamos gritando a los cuatro vientos. La única pregunta es si alguien está escuchando.






Publicar comentario