Directiva de Bills Engaña a la Afición con Brandin Cooks

Directiva de Bills Engaña a la Afición con Brandin Cooks

Directiva de Bills Engaña a la Afición con Brandin Cooks

Puro Atole con el Dedo, Cortesía de la Oficina de los Bills

Y bueno, cayó la bomba. Los Bills de Buffalo, esos genios de las oficinas con aire acondicionado, decidieron que la solución a todos sus problemas es firmar a Brandin Cooks. ¡No me hagan reír! Y claro, los medios de siempre, los que les aplauden todo, ya están diciendo que es una contratación ‘inteligente’ y ‘de veterano’ para ayudar a Josh Allen. La neta, esto no es ajedrez; es un manotazo de ahogado. Es un movimiento desesperado para aventarle un hueso a la afición y que dejen de ver el cochinero que tienen adentro. Quieren que veas el nombre brillante y te olvides de los fracasos, de las promesas rotas, de los playoffs donde el equipo se arruga. Creen que somos tontos. Creen que la gente que se gasta su lana, que se congela en el estadio, va a aplaudir como focas porque trajeron a un trotamundos que ya se paseó por media liga. Es un insulto a nuestra inteligencia.

Vamos a decirlo como es: Brandin Cooks es una cortina de humo. Un distractor para que no hablemos de los problemas reales que esta franquicia se niega a resolver. ¿De verdad creen que este señor es la pieza que faltaba para ganar un Super Bowl? ¡Por favor! Ya es hora de despertar.

La Crónica de una Traición Anunciada

Para entender el descaro de esta movida, hay que ver cómo se dieron las cosas. Hace dos días nos vendían la idea de que había que desarrollar a los jóvenes. Nos daban discursos sobre la paciencia, sobre construir una cultura ganadora. Y en ese cuento estaba Elijah Moore. Un chavo con talento, buscando su lugar, intentando hacer química con su mariscal. ¿Era una superestrella? Claro que no. Pero para eso está el coacheo, ¿o no? Para pulir el talento. Pero no, la directiva no tiene paciencia para eso. No quieren ensuciarse las manos con el trabajo de verdad. Quieren la solución rápida, el titular de periódico, la foto para vender abonos. Prefieren comprar una refacción usada que fabricar una nueva en su propio taller.

Y así, a Moore le dieron una patada. Desechado. ¿Por qué? Porque Brandin Cooks, un tipo que no cuajó en Nueva Orleans, ni en Nueva Inglaterra, ni en Los Ángeles, ni en Houston, ni en Dallas, de repente estaba libre. ¿Qué mensaje le manda eso al vestidor? ¿Qué le dice al próximo novato al que le pidan lealtad y compromiso? Le dice que es un kleenex: te usan y te tiran. Le dice que la lealtad es un chiste para los de arriba. Los trajeados te exigen el alma, pero te cambian por un puñado de dólares y un nombre que suena bien en la tele. ¡Qué poca madre!

¿Quién Rayos es Brandin Cooks?

Seamos honestos. Este cuate es el ejemplo perfecto del ‘mercenario’. Del jugador que va a donde está la lana. Sí, tiene talento, ha tenido buenos números. Pero hay una razón por la que ha estado en SEIS equipos. ¡Seis! ¿Los jugadores que ganan campeonatos y definen una era andan de equipo en equipo como si nada? No. Esos se vuelven pilares. Cooks es un inquilino, no el dueño de la casa. Viene, hace sus numeritos, cobra su cheque y se va a su siguiente aventura. ¿Y este es el salvador por el que sacrificaron el futuro de un joven? ¿Esta es su ‘brillante’ estrategia?

En la tele les van a pasar sus mejores jugadas. Pero no les van a contar la historia completa. No les van a preguntar por qué todos sus equipos anteriores decidieron que podían vivir sin él. ¿Es problemático en el vestidor? ¿Se desaparece en los momentos importantes? Algo vieron las otras cinco directivas que la de Buffalo, en su desesperación, no quiere ver. Es una soberbia increíble pensar que ellos sí van a poder arreglar lo que otros cinco no pudieron.

El Verdadero Cáncer que Están Escondiendo

Todo este circo es para tapar el sol con un dedo. El problema real es que la ofensiva de los Bills está rota, y no porque le faltara un receptor de 31 años. La inconsistencia, las jugadas que nadie entiende, los momentos en que Josh Allen parece que está jugando solo contra el mundo… la culpa de eso no es de Elijah Moore. La culpa es del staff de coacheo. La culpa es de una directiva que le pagó una millonada a su QB estrella y ahora no sabe cómo construir un equipo disciplinado y completo a su alrededor. Le fallaron a Allen, y ahora le echan la culpa al eslabón más débil. Es una negligencia terrible.

¿A quién están protegiendo? ¿Al coordinador ofensivo? ¿Al Gerente General por los jugadores que seleccionó y no funcionaron? Al firmar a Cooks, crean una excusa perfecta: ‘¡Le trajimos ayuda a Josh!’. Ahora, si la ofensiva vuelve a fallar, ¿a quién le van a echar la culpa? A ellos no, por supuesto. Es la clásica jugada del jefe que nunca se equivoca. Esto no se trata de ganar partidos, se trata de que los directivos conserven su chamba. Y nosotros, la afición, somos los idiotas útiles en su juego de poder.

¿Qué va a pasar en diciembre cuando Cooks tenga un par de juegos malos y la ofensiva se vea igual de predecible que siempre? ¿Qué va a pasar cuando en playoffs se enfrenten a una defensa de verdad y se vuelvan a hacer chiquitos? ¿Van a salir a admitir su error? ¡Jamás! Buscarán a otro a quien culpar. Así funciona para ellos. Seguirán moviendo las sillas en la cubierta del Titanic, jurando que todo está bajo control, hasta que todos nos hundamos con ellos.

No se compren este cuento. No dejen que les vendan espejitos. Esto no es un movimiento de poder. Es una confesión de su propia incompetencia. Una confesión de que no tienen idea de cómo construir un campeón. Y la afición, como siempre, será la que pague los platos rotos.

Directiva de Bills Engaña a la Afición con Brandin Cooks

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