El Streaming Es Una Herramienta de Control Masivo
TE ESTÁN AHOGANDO A PROPÓSITO
No es un error del sistema. Es el sistema.
Esto no se trata de encontrar una nueva serie. ¿Queda claro? Mira la información que te avientan. “Nuevas series para ver en 2025”. “Compra hasta el cansancio”. “Las 8 mejores películas”. Es una avalancha. Una inundación deliberada y armamentista de contenido diseñada para provocar un cortocircuito en tu cerebro, para inducirte a un estado de parálisis permanente donde la única decisión que puedes tomar es simplemente consumir más. No te están ofreciendo opciones; te están sepultando bajo la ilusión de que las tienes. Es un ataque. Un asalto frontal contra tu atención, tu tiempo, tu capacidad de pensar críticamente sobre el mundo que se desmorona a tu alrededor. Te quieren adormecido. Te necesitan distraído. ¿Por qué?
Piénsalo bien. ¿Por qué ahora? ¿Por qué esta manguera de bomberos infinita de medios? Pasamos de tres canales a mil, y ahora a un millón de streams diferentes, cada uno gritando por tus ojos, exigiendo un pedazo de tu alma a cambio de una cuota mensual. Le llaman la Edad de Oro de la Televisión. Yo le llamo una jaula de oro. Construyeron una prisión digital y te convencieron de que es un parque de diversiones, y el precio de la entrada es tu propia voluntad. “Retail is king”, el consumismo es el rey, dice el artículo. ¡Pues claro que lo es! Toda esta maquinaria, toda esta infraestructura multimillonaria de plataformas de streaming, de vehículos para celebridades y de nostalgia refrita no se trata de contar historias. Se trata de mover productos. Se trata de mantener los engranajes del consumo girando mientras todo lo demás se cae a pedazos. Te están vendiendo suscripciones, sí, pero también te están vendiendo los productos que aparecen en las series, las aspiraciones de vida de los personajes, las narrativas políticas incrustadas en los guiones y, lo más importante, la idea tranquilizadora e hipnótica de que lo más importante que puedes hacer este fin de semana es simplemente… ver.
Es puro choro. Un gran espectáculo. Mira los nombres. ‘Stranger Things’. Una clase magistral de nostalgia convertida en arma, diseñada para venderte mercancía ochentera y hacerte olvidar las ansiedades del presente, permitiéndote refugiarte en un pasado ficticio y desinfectado. Kevin Hart. Un producto confiable y vendible de risa inofensiva, produciendo contenido que es ruidoso y brillante y absolutamente vacío de cualquier pensamiento retador. Es un portafolio de chupones digitales. Incluso el llamado contenido de prestigio, la obra de un genio como Bong Joon Ho con ‘Mickey 17’, es absorbida por el mismo vórtice. Será promocionada, diseccionada y, al final, aplanada hasta convertirse en otro mosaico más en tu pantalla de inicio, atrapada entre un reality show de citas y un especial de comedia. El arte mismo se vuelve irrelevante. Su única función es ser *contenido*. Llenar un espacio. Mantenerte deslizando el dedo. Evitar que levantes la vista.
¿Y qué hay de las cosas que no vemos? Los datos de entrada lo dicen todo, ¿a poco no? SCRAPE_FAILED (FALLO EN LA EXTRACCIÓN). Esa es la pieza de información más honesta de todo el maldito informe. Es una grieta en la fachada. Es el sistema admitiendo que ni siquiera puede seguirle el paso al volumen de basura digital que está bombeando a tu casa. ¿Qué significa eso? Significa que el algoritmo tiene el control, un dios ciego e indiferente que te sirve un buffet interminable de lo que *cree* que quieres, basándose en las migajas digitales que dejas. No es curación de contenido; es condicionamiento. Aprende tus debilidades —tu nostalgia, tus miedos, tus deseos— y las explota para mantenerte pegado a la pantalla. No eres un cliente. Eres un recurso natural que debe ser explotado. Tu atención es el nuevo petróleo, y están perforando directamente en tu cerebro.
La Crisis Fabricada de 2025
Y se va a poner peor. Acuérdate de mis palabras. El año 2025 no es una fecha; es una amenaza. Las fábricas de contenido se están acelerando, impulsadas por inteligencia artificial que puede escribir guiones, generar imágenes y crear actores virtuales completos. Pronto no necesitarán escritores, ni directores, ni artistas. Solo necesitarán órdenes. Las compuertas se abrirán por completo, y el chorrito de contenido en el que te ahogas ahora se convertirá en un tsunami. Medios personalizados, optimizados, generados infinitamente y diseñados para una audiencia de uno: tú. Una prisión hecha a la medida de tus gustos. ¿Cómo puedes tener una conversación cultural compartida cuando todos viven en su propio túnel de realidad privado, curado algorítmicamente para reforzar sus prejuicios y mantenerlos perpetuamente entretenidos y enfurecidos? No puedes. Ese es el objetivo. Divide y vencerás. Mantenlos separados, mantenlos viendo sus propias series, y nunca encontrarán el tiempo o el terreno común para levantarse y preguntar quién dirige el circo.
Este es el nuevo opio del pueblo. Es más insidioso que cualquier religión. No te pide fe; te exige tu tiempo. No te promete un cielo futuro; te ofrece un presente parpadeante y permanente. Los emperadores romanos mantenían a raya a la plebe con pan y circo. ¿Qué tenemos ahora? Uber Eats y Netflix. Es la misma estrategia, actualizada con mejor tecnología y una manipulación psicológica más sofisticada. Te están dando atole con el dedo. Te alimentan, te entretienen y, a cambio, les das tu silencio. Tu sumisión. Cambias tu potencial para la acción política por la certeza de otro episodio. Hacer un “maratón de series” no es un pasatiempo; es un síntoma de rendición social. Una forma silenciosa de decir “me doy por vencido”.
Entonces, ¿qué se supone que hagas? ¿Cuál es la respuesta? El primer paso es ver la jaula. Reconocer la arquitectura de tu distracción. Cuando veas una lista de “10 series que tienes que ver”, no veas una recomendación útil. Ve una exigencia de tu tiempo. Ve una orden. Ve los barrotes de la jaula que están construyendo a tu alrededor. Pregúntate: ¿en qué están tratando de evitar que piense en este momento? ¿Qué problema del mundo real esta nueva y brillante serie pretende que olvide? ¿Quién se beneficia de mi parálisis? ¿Quién se hace más rico y más poderoso mientras yo paso 12 horas viendo la temporada completa de una serie que apenas recordaré en un mes? ¿Quién?
Te están engañando en tu propia cara y tú les das las gracias. Tienes que romper el ciclo. Apágalo. Solo por un rato. Sal a la calle. Habla con tus vecinos. Lee un libro —un libro de verdad, con un principio y un final, no un feed que se desplaza infinitamente. Experimenta el aburrimiento. El aburrimiento es donde comienza el pensamiento real. Es el espacio que la máquina está tratando de eliminar. Le temen a tu aburrimiento, porque una población aburrida podría empezar a hacer preguntas peligrosas. Una población aburrida podría empezar a mirar a su alrededor y notar los barrotes. No dejes que ganen. No te limites a comprar hasta el cansancio. No te limites a ver hasta que se te nuble la vista. Piensa. Antes de que sea demasiado tarde. Antes de que la pantalla se convierta en la única realidad que te queda. ¿Es esto lo que quieres? ¿Es este el futuro que eliges? ¿O es el que ellos han elegido para ti?






Publicar comentario