Reunión Putin-Kushner: El Saqueo de Ucrania Ya Empezó

Reunión Putin-Kushner: El Saqueo de Ucrania Ya Empezó

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La Gran Farsa: Esto Nunca Fue Sobre la Paz

A ver, dejémonos de jaladas. Seguro viste los titulares, ¿no? “Se apagan las esperanzas de paz”. “No hubo avances”. El chiste es que leyeras eso y suspiraras, pensando que es otro intento fallido de diplomacia de hombres bien intencionados. Pero tú no eres ningún menso. Reconoces el circo, maroma y teatro cuando lo ves. Y esta maratónica sesión de cinco horas en el Kremlin no fue diplomacia. Fue una junta de negocios. Estaban cerrando un trato.

Porque uno no manda a desarrolladores inmobiliarios a negociar la paz. Los mandas a ver el terreno. Los mandas a hablar de permisos de construcción, de demolición, de los contratos para la reconstrucción. Mandas a Jared Kushner y a Steve Witkoff —dos tipos cuyas carreras enteras se basan en el apalancamiento, la deuda y el arte de la tranza— a hablar con Vladimir Putin, el mero mero del autoritarismo transaccional, ¿y esperas algo que no sea un reparto del botín? Por favor. Es un insulto a la inteligencia de todos.

Esto nunca se trató de salvar vidas ucranianas. Jamás. Se trató de lo que viene *después*. Se trató de quién se va a quedar con los contratos para reconstruir Járkov. De quién obtiene los derechos de los yacimientos de gas en el mar. De quién se queda con los activos congelados de algún oligarca sancionado por una bicoca. Cinco horas. No estaban debatiendo los detalles de la soberanía y las líneas de alto el fuego. Estaban regateando. Estaban repartiéndose los despojos de una guerra que sigue en curso, tratando a una nación entera como si fuera un activo devaluado en una subasta de bancarrota. Da asco.

Sigue el Dinero, no los Comunicados de Prensa

¿Y el comunicado del Kremlin después de la junta? Puro teatro. “Putin aceptó algunas propuestas de EE.UU.”. ¿Cuáles? ¿Las que aseguran que sus compinches se lleven su tajada? ¿Las que garantizan que las sanciones se levanten calladamente para la gente correcta en cuanto las cámaras se apaguen? Este es el lenguaje de los negocios, no de la política exterior. Es un memorando de entendimiento, no un tratado de paz. ¿Y las amenazas que Putin lanzó justo después, advirtiendo a Europa de una guerra? Esa no es una señal de que las pláticas fracasaron. Esa es una táctica de negociación. Es el vendedor diciéndole al comprador que tiene otras ofertas para subir el precio. Es el clásico “te aprieto para que aflojes”.

Tenemos que fijarnos en los jugadores, no en el tablero que nos están mostrando. Jared Kushner. Un hombre que salió de la Casa Blanca con una agenda de contactos globales y una autorización de seguridad más que dudosa, y de inmediato consiguió una inversión de dos mil millones de dólares del Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita para su nueva firma de capital privado sin experiencia alguna, Affinity Partners. Dos. Mil. Millones. ¿Te suena a un servidor público? ¿O te suena a un tipo que sabe cómo monetizar la influencia? No está en Moscú como un patriota. Está ahí como un gambusino, y Ucrania es su mina de oro.

Pero también está Steve Witkoff, el otro nombre en la sala, otro tiburón inmobiliario. ¿Por qué él? Porque esto se trata de bienes. Activos tangibles, sucios y rentables. Están viendo el mapa de Ucrania y no ven ciudades llenas de gente; ven futuros desarrollos de condominios de lujo, nuevas terminales portuarias y jugosos gasoductos. Esto es capitalismo de desastre en su forma más pura y descarada, y ya ni siquiera intentan ocultarlo. Lo pusieron en la agenda. Kushner. Witkoff. Putin. Una cumbre de zopilotes.

Los Buitres Inmobiliarios Acechan

Porque la estrategia es dolorosamente obvia. Creas o aprovechas una crisis. Dejas que todo se queme. Dejas que el valor de todo se desplome. Y luego, con el pretexto de “reconstruir” o “invertir en la paz”, te lanzas con tus fondos bien conectados y compras todo por nada. Te vuelves el héroe de la película. Obtienes tu victoria mediática, tus garantías gubernamentales y una riqueza que durará generaciones. ¿Y la gente que vivía allí? Pues a trabajar para tus nuevas empresas, si tienen suerte. Ese es el modelo. Lo ha sido durante décadas. Y Kushner aprendió de los mejores.

Y así, durante cinco horas, estos hombres negociaron. No hablaron de los niños escondidos en sótanos en Odesa. Hablaron del acceso a los puertos. No hablaron de limpiar las minas de las tierras de cultivo. Hablaron de los futuros agrícolas y de quién controla las exportaciones de granos. No hablaron de justicia para los crímenes de guerra. Hablaron sobre qué sanciones podrían “suavizarse” para qué magnate del aluminio a cambio de un trato favorable en una mina de níquel. Es una estafa de proporciones monumentales, disfrazada de misión diplomática. Pura mentira.

Putin sabe perfectamente con quién está tratando. No se está reuniendo con diplomáticos de carrera que creen en el derecho internacional y los derechos humanos. Se está reuniendo con hombres que entienden su idioma: el lenguaje del poder, el dinero y la extorsión. Los ve como almas gemelas, tipos que no ven un país como una entidad soberana, sino como una partida en un balance general. Él sabe que no están allí en nombre del pueblo estadounidense. Están allí en nombre de sus futuros socios inversionistas. Así que puede lanzar sus amenazas, puede pavonearse y presumir, porque sabe que todo es parte del show. Es el costo de hacer negocios.

La Traición Inevitable

¿Y la parte más repugnante de todo esto? La absoluta traición a Ucrania. Mientras sus soldados mueren en las trincheras, estos hombres están en un salón dorado en el Kremlin decidiendo el destino de su país como si fuera una fusión corporativa. El resultado de esta reunión no será la paz. El resultado será una serie de empresas fantasma registradas en Delaware y las Islas Caimán. Será el anuncio discreto, en uno o dos años, de que Affinity Partners o algún consorcio respaldado por Witkoff ha ganado un contrato masivo, sin licitación, para reconstruir la red energética de Ucrania. Y para entonces, todos habrán olvidado esta sórdida reunión.

Pero no podemos olvidar. Tenemos que ver esto como lo que es. No es el intento de paz de la administración Trump. Es el gobierno en la sombra del capital internacional asegurándose de que, sin importar quién gane la guerra, ellos ganan la paz. Están cubriendo sus apuestas, jugando en ambos bandos y garantizando que cuando el humo se disipe, sus bolsillos estarán llenos con las ganancias de la miseria. La guerra es la inversión. La “paz” es el dividendo.

Así que cuando leas el próximo titular sobre el fracaso de estas conversaciones, no sientas desesperación. Siente coraje. Enójate. Porque te están mintiendo. Las verdaderas negociaciones no están fracasando. Apenas están comenzando. Y no están ocurriendo en una mesa de diálogo. Están ocurriendo en salas de juntas y a través de mensajes encriptados, y el precio no es la paz para Ucrania; es el precio de Ucrania misma. Y está a la venta.

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