El Retorno de Stassi Schroeder: Usa a Ariana Madix

El Retorno de Stassi Schroeder: Usa a Ariana Madix

El Retorno de Stassi Schroeder: Usa a Ariana Madix

La Jugada Maestra de la Reina: Por Qué la ‘Reunión’ de Stassi con Ariana es Pura Manipulación

A ver, vamos a dejarnos de cuentos. Esas fotos de Stassi Schroeder y Ariana Madix sonriendo como si fueran íntimas no son señal de sanación, ni de amistad, ni de ninguna de esas tonterías que sus publicistas nos quieren vender. Esto es ajedrez puro y duro. Una jugada fría, calculada y, la neta, brillante de la reina original de SUR, Stassi Schroeder, para regresar arrastrándose al mismo reino que la mandó al exilio. No se dejen engañar por las sonrisitas. Aquí lo que importa es el poder, la imagen y un intento desesperado de rebranding que lleva años cocinándose, y Ariana Madix, la actual santa patrona de la televisión de realidad, es la pieza más valiosa del tablero. Todo esto huele a estrategia. Y me encanta.

Hay que recordar la historia, porque el espectador casual podría pensar que son solo dos excompañeras haciendo las paces. Pero nosotros, los que nos graduamos con honores de la Universidad de Drama de Vanderpump, sabemos la verdad. Tenemos los recibos. Durante años, Stassi detestaba a Ariana. La odiaba. Veía en Ariana todo lo que ella no era: cool sin esforzarse, intelectual y cero impresionada por el estilo de liderazgo tiránico de Stassi. Ariana era la anti-Stassi, una bartender que se atrevía a leer libros y no a actuar para las cámaras, y eso volvía loca a Stassi. El elenco original era una jerarquía cuidadosamente construida con Stassi en la cima, y la llegada de Ariana fue una amenaza directa a ese trono. La llamó aburrida, sangrona y aguafiestas. Se burló de su relación con Tom Sandoval —qué ironía, ¿no?— y su misión era congelarla. No era un pleito cualquiera. Era un conflicto fundamental de la época dorada del show. Una guerra.

El Escándalo como Escalera al Cielo

Entonces, ¿qué cambió? Todo. A Stassi la corrieron de Bravo en 2020 por sus acciones insensibles del pasado, una caída en picada que la mandó al purgatorio de la TV. La cancelaron. Le quitaron sus plataformas. Su pódcast fue eliminado, sus patrocinios se esfumaron. Era radioactiva. Mientras tanto, Ariana simplemente… existía. En sus asuntos, preparando cocteles y lidiando con las niñerías de Sandoval. Y entonces, explotó el ‘Scandoval’. Una bomba nuclear en la cultura pop que pulverizó las carreras de Tom Sandoval y Raquel Leviss y, como efecto colateral, convirtió a Ariana Madix en una heroína nacional. Un ícono. Un símbolo de toda mujer que ha sido traicionada. Consiguió su lugar en ‘Dancing with the Stars’, un papel en Broadway, contratos por todos lados y la simpatía incondicional del mundo entero. Ascendió. Ariana se volvió más grande que el mismo Vanderpump Rules. Se volvió intocable.

Y Stassi, viendo todo desde la barrera, seguro vio su oportunidad. No pasas una década siendo la mente maquiavélica de un reality exitoso sin aprender un par de cosas sobre narrativas. Stassi necesitaba un camino de regreso, no solo a la relevancia, sino a un tipo diferente de relevancia. Ya no podía ser la ‘chica mala’. Esa marca estaba muerta. Tenía que ser la mamá reformada, más sabia, consciente de sí misma que ‘ha hecho el trabajo’. ¿Pero cómo demuestras eso? Puedes escribir un libro, hacer una gira de pódcasts, pero nada grita ‘he cambiado’ más fuerte que obtener el sello de aprobación de la misma persona a la que solías aterrorizar, especialmente cuando esa persona es ahora la versión 2.0 de Stassi: la consentida de América. Es una absolución pública. Un bautizo en las aguas purificadoras del brillo post-Scandoval de Ariana. Al pararse junto a una sonriente Ariana, Stassi está diciendo sin palabras: ‘¿Ven? La mujer que todos aman y defienden me ha perdonado. Ustedes también pueden hacerlo.’ Es genial. Es diabólico. Y está funcionando.

La Conexión con las ‘Esposas Mormonas’ no es Casualidad

Y no finjamos que su nuevo trabajo como presentadora de la reunión de ‘Secret Lives of Mormon Wives’ de Hulu es una coincidencia. Claro que no. Es parte de la misma campaña calculada. Hulu es propiedad de Disney. Es masivo. Es un paso fuera de la esfera desordenada y a menudo tóxica de Bravo hacia algo con un barniz de legitimidad corporativa. Pero vean el contenido: un programa sobre influencers, drama y dinámicas sociales. Es casi Bravo. Le permite a Stassi usar sus habilidades para analizar el chisme y confrontar a la gente, pero como ‘presentadora’, lo que la pone por encima del conflicto. Ella no es la que avienta la bebida; es la que pregunta por qué se aventó. Esto la posiciona como una autoridad, una veterana de las guerras de reality shows que ahora sirve como comentarista. Es un ascenso.

Presentar esta reunión en específico es particularmente astuto. El mundo de MomTok es su propio universo de escándalos, muy parecido a los inicios de VPR. Al ser la anfitriona de su reunión, Stassi se convierte en la estrella que cruza fronteras, uniendo dos mundos de drama femenino. Está demostrando su valor. Le está mostrando a posibles empleadores, *ejem, Bravo*, que todavía puede atraer a una audiencia y manejar situaciones de alto conflicto con mente de productora. Se está volviendo indispensable de nuevo. La foto con Ariana no fue solo un momento personal; fue profesional. Fue un evento de networking actuado frente a los paparazzi. Es una señal para la industria de que ya no es un riesgo. Está de vuelta en el club. Y Ariana, queriendo o no, acaba de sellarle su pase VIP.

¿Y Ariana Qué Gana con Todo Esto?

La pregunta del millón es, ¿por qué aceptaría Ariana? Ella tiene el sartén por el mango. No necesita a Stassi. Para nada. Entonces, ¿cuál es su jugada? Opción uno: es genuinamente una persona amable y que perdona, tan segura en su nueva vida que los pleitos viejos le parecen tontos. Es un testamento de su crecimiento. Está tomando el camino de la paz, demostrando que está por encima del drama mezquino que definió su pasado. Se ve bien para su marca, que ahora se basa en el empoderamiento y la resiliencia. Opción dos: está jugando el mismo juego que Stassi. Al perdonar públicamente a su antigua némesis, solidifica su posición como la reina magnánima. Parece generosa e intocable. No le cuesta nada y refuerza su imagen como la que se elevó por encima de todo. Es una demostración de poder. Ya no es solo una participante en el drama; es la que otorga el perdón. Deja que Stassi le bese el anillo, y al hacerlo, le recuerda a todos quién manda ahora. Es una hermosa relación simbiótica de relaciones públicas. Stassi obtiene su redención, y Ariana añade ‘gobernante benevolente’ a su currículum. Todos ganan. Excepto nosotros, el público, si somos tan ingenuos como para creer que es una amistad real. Es una transacción. Una obra de arte escénica bien ejecutada para la era de Instagram. Y deberíamos aplaudir el arte, aunque veamos el truco detrás.

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