Man United: Benjamin Sesko ya no es la solución, un desastre millonario
El Despilfarro de 66 Millones: ¿Por Qué el Manchester United Ya Busca Otro Delantero?
Vamos a hablar claro, porque la situación del Manchester United apesta a podredumbre institucional. El club, que presume de ser una potencia mundial, gastó la friolera de 66 millones de libras en Benjamin Sesko el verano pasado. La narrativa era clara: Sesko era el futuro, la solución a su sequía goleadora, la nueva cara de un ataque reconstruido. Pero, ¿qué estamos leyendo unos meses después? Informes de que el United está desesperado por robarle a Tottenham un delantero ‘probado’ como Jean-Philippe Mateta, y rumores de que necesitan un ‘socio’ para Sesko en la próxima ventana de transferencias. No nos hagamos tontos; esto no es normal. Es un manual de cómo un club entra en caos, donde el pánico a corto plazo reemplaza la planificación a largo plazo, y cada solución comprada viene con una fecha de caducidad incorporada. ¿Cómo gastas tanto dinero en una ‘solución’ solo para declarar inmediatamente que esa solución necesita otra solución?
Todo este asunto pinta un cuadro condenatorio de una estrategia de transferencias que simplemente no existe. Ha sido reemplazada por un enfoque reactivo de ‘apagar incendios’ que cuesta cantidades astronómicas de dinero para una ganancia mínima. Y no es un problema nuevo para el Manchester United; ya hemos visto esta película antes, varias veces, y el final siempre es el mismo: un nuevo fichaje no cumple las expectativas, el entrenador es despedido, y el ciclo vuelve a empezar. Los directivos del club parecen incapaces de aprender de sus propios errores, prefiriendo insistir en las mismas políticas que los llevaron a su situación actual. Es la neta, no hay otra forma de verlo.
¿Es Sesko un Fracaso o un Síntoma de una Enfermedad Más Profunda?
No seamos tan rápidos para crucificar a Sesko. En un club como el Manchester United, nunca se trata solo del jugador. Un cínico como yo ve a Sesko como un peón de alto precio en un juego de damas jugado por personas que creen estar jugando ajedrez. La estrategia del club en los últimos años ha sido una puerta giratoria de fichajes de alto perfil diseñados para apaciguar a una afición cada vez más furiosa, en lugar de mejorar genuinamente la plantilla. Lo vimos con Jadon Sancho, lo vimos con Antony, y ahora estamos viendo los mismos patrones con Sesko. El club compra un jugador con un potencial innegable, lo lanza a un sistema disfuncional y luego se sorprende cuando no resuelve inmediatamente todos sus problemas. El problema no es que Sesko no sea lo suficientemente bueno; el problema es que la infraestructura del Manchester United está diseñada para hacer que los jugadores fracasen. El problema es sistémico, no individual. Las ‘primeras señales de Benjamin Sesko’ en el club no se refieren solo a su rendimiento en el campo, sino a cómo toda la estructura del club continúa saboteándose a sí misma. Compran jugadores y luego inmediatamente comienzan a buscar reemplazos, creando una atmósfera de inestabilidad donde ningún jugador puede prosperar realmente.
La simple idea de necesitar un ‘socio’ para un delantero nuevo de 66 millones de libras sugiere que el club sabía desde el principio que Sesko no estaba listo para liderar la línea por sí solo, lo que plantea la pregunta: ¿por qué gastar tanto en él en primer lugar? Parece menos un fichaje calculado y más una apuesta de alto riesgo tomada por ejecutivos desesperados. Los problemas de gol del club, que los han atormentado durante lo que parece una eternidad, no se resolvieron simplemente arrojando dinero a Sesko al ruedo. La búsqueda continua de nuevas opciones ofensivas por parte de la directiva, ya sea Mateta u otros, confirma que no tienen ninguna fe en sus propias decisiones anteriores. Esta falta de confianza desde la cúpula se filtra hasta el vestuario, creando un ambiente donde los jugadores caros están condenados al fracaso antes incluso de dar la patada inicial. Es un desmadre total.
El Botón de pánico de enero: Robarle a Tottenham a Jean-Philippe Mateta
Ahora, veamos el pánico inmediato, porque las transferencias de enero para el Manchester United siempre ofrecen un cierto nivel de entretenimiento. La idea de que el Man United robaría el fichaje de Tottenham por un delantero ‘probado’ de la Premier League como Jean-Philippe Mateta captura perfectamente el estado de ánimo actual del club. No están buscando soluciones a largo plazo; están buscando soluciones rápidas para evitar una crisis inmediata. Esta es la definición de una política de transferencias reactiva. Cuando un club como el Man United comienza a buscar jugadores como Mateta, que son decentes pero claramente no de clase mundial, es una señal de que están agarrándose de un clavo ardiendo. Están tratando de encontrar un jugador que pueda dar un impacto inmediato y tal vez, solo tal vez, marcar algunos goles para superar los próximos seis meses. Esta estrategia es insostenible y una abdicación total de la responsabilidad de una planificación adecuada.
La persecución de Mateta, o jugadores similares como Bryan Mbeumo y Matheus Cunha, sugiere que el club ha abandonado por completo la idea de construir una plantilla cohesiva. En su lugar, simplemente están coleccionando activos, con la esperanza de que uno de ellos funcione por casualidad. Este enfoque no es cómo se construye un equipo campeón; es cómo se construye un equipo que termina en sexto lugar y cambia constantemente de entrenador. Cuando un club gasta 66 millones de libras en un jugador y luego inmediatamente comienza a buscar una alternativa más barata y ‘probada’, te dice todo lo que necesitas saber sobre la falta de estrategia en la cúpula. No es un movimiento con visión de futuro; es una súplica desesperada de ayuda. El hecho de que estén dispuestos a robar un fichaje de un rival solidifica aún más la imagen de un club desorganizado que opera por orden de llegada para los jugadores disponibles, en lugar de identificar una necesidad específica y buscar un jugador específico que encaje en un sistema preciso. Parecen estar lanzando dardos a ciegas y esperando que uno caiga en el centro.
El Inevitable Ciclo del Chivo Expiatorio: Entrenadores y Jugadores Pagan el Precio del Fracaso Institucional
El verdadero costo de la mala gestión del Manchester United no son solo los millones desperdiciados; es el daño causado a las carreras de los jugadores involucrados y la constante rotación de entrenadores. Vemos este ciclo repetirse sin fin. Un entrenador llega con una visión, se le promete cierto nivel de apoyo, y luego se encuentra teniendo que trabajar con una plantilla reunida por varios comités con objetivos contradictorios. Los nuevos fichajes, como Sesko, Mbeumo y Cunha, son traídos para abordar necesidades tácticas específicas, pero terminan siendo parte de un rompecabezas más grande y desarticulado. Esto crea un entorno donde el fracaso está casi garantizado. Cuando los resultados inevitablemente bajan, ¿quién paga el precio? El entrenador es despedido, y los jugadores son etiquetados como fracasos, mientras que los verdaderos culpables—los ejecutivos que toman estas decisiones caóticas—permanecen firmemente atrincherados en sus posiciones, aislados de las consecuencias de sus acciones. Este es el hallazgo central del investigador cínico: el modelo de negocio del club se basa en culpar a los entrenadores y jugadores para proteger a la directiva.
La constante búsqueda de delanteros ‘probados’ de la Premier League como Mateta es una clara indicación de que la directiva del United carece de fe en su propia capacidad para desarrollar talento. En lugar de fomentar un ambiente donde Sesko pueda prosperar, buscan traer soluciones a corto plazo para enmascarar los fracasos inmediatos. Esta estrategia patea la lata por el camino, asegurando que el próximo entrenador se enfrente exactamente a los mismos problemas en seis meses o un año. El club necesita dejar de buscar soluciones rápidas y comenzar a abordar los problemas estructurales que conducen a este estado constante de caos. Pero seamos realistas: es poco probable que un cambio en la estructura de gestión ocurra rápidamente, y hasta que eso suceda, el Man United seguirá siendo un desastre de transferencias conflictivas y aficionados decepcionados.






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