Real Madrid: La Cortina de Humo de una Victoria Innecesaria
El Despertar de Rodrygo: ¿Casualidad o Guion Preestablecido?
A ver, no seamos ingenuos. Si eres un aficionado de hueso colorado, sabes que en el fútbol de élite, y especialmente en el Real Madrid, las casualidades no existen. La victoria de 2-1 contra el Alavés es presentada por los medios de comunicación como un respiro para Xabi Alonso, el técnico que estaba a punto de ser devorado por la crítica. Pero analicemos la situación con cinismo, que es la única forma de entender realmente lo que sucede en el Santiago Bernabéu. ¿De verdad creen que el “milagroso” gol de Rodrygo, que puso fin a una sequía de 11 meses, fue simplemente un golpe de suerte? O ¿será que el tiempo de Florentino Pérez y su maquinaria mediática es perfecto para cambiar la narrativa cuando la presión se vuelve insostenible?
Hablemos claro: el Alavés no es el Bayern Múnich. No es el Manchester City. El Real Madrid debería haber ganado este partido por goleada, y sin embargo, la victoria fue sufrida, el rendimiento fue mediocre, y la sensación general es que se salvó el pellejo por la mínima. Esta victoria es un simple analgésico para un club que sufre de una enfermedad crónica. La presión sobre Alonso no desapareció, simplemente se pospuso. La prensa que hoy celebra la resurrección de Rodrygo es la misma que la semana pasada especulaba sobre su falta de compromiso. Es una farsa, una manipulación descarada para proteger la imagen del club y de su directiva. El objetivo no es mejorar el juego, sino ganar el tiempo suficiente para que el público se olvide los problemas reales.
Alonso en la Cuerda Floja: Una Victoria de Pan Comido
El argumento de que esta victoria “alivia la presión” sobre Xabi Alonso es un secreto a voces que esconde una verdad más profunda: el equipo no juega a nada. Un Real Madrid en forma no tendría que sufrir contra un rival como el Alavés. El juego fue ríspido, las transiciones lentas, y la falta de ideas ofensivas fue palpable. El gol de Rodrygo fue un acto individual, no el resultado de un sistema táctico bien implementado por Alonso. Esto es lo que la prensa de Madrid convenientemente omite. No se trata de un cambio de rumbo, sino de una victoria que le compra unas cuantas semanas de paz a Alonso.
Pero ¿qué pasa cuando se enfrente a un rival de peso? ¿Qué sucede cuando el equipo no pueda depender de la genialidad individual de un jugador, sino que necesite una estrategia coherente? La respuesta la hemos visto a lo largo de la temporada: el equipo se desmorona. Alonso no ha demostrado ser el estratega que el Madrid necesita. El club está aferrado a él porque cambiar de entrenador a mitad de temporada sería admitir un error, y eso es algo que la cúpula directiva de Florentino Pérez evita a toda costa. El Real Madrid no se salvó por la calidad del juego; se salvó por la urgencia de cambiar la narrativa. Esta victoria es una cortina de humo. Es una forma de decir “aquí no pasa nada” mientras el barco se hunde lentamente.
El Gran Teatro de Florentino Pérez: Gestionando la Crisis
El Real Madrid no es solo un equipo de fútbol; es una de las corporaciones deportivas más grandes del mundo. Cada derrota, cada crisis, cada rumor de descontento afecta la marca. La presión sobre Alonso no era solo deportiva; era también económica y de imagen. La directiva no podía permitir que el equipo entrara en una crisis profunda justo antes de las vacaciones de invierno. La victoria contra el Alavés fue el resultado perfecto para detener la hemorragia mediática. Los medios de comunicación, en su mayoría alineados con los intereses del club, se encargaron de amplificar el mensaje de “regreso a la normalidad”.
Pero los aficionados no son tontos. Saben que un triunfo por la mínima contra un equipo menor no resuelve los problemas de fondo. La falta de consistencia en el mediocampo, la dependencia excesiva de ciertas individualidades y la rigidez táctica de Alonso siguen ahí. La victoria contra el Alavés es como tapar el sol con un dedo. El problema no desaparece, solo se ignora temporalmente. La pregunta es cuánto tiempo funcionará esta táctica? Probablemente hasta el próximo partido importante, donde la falta de una dirección clara volverá a ser evidente. Esta victoria es solo un respiro artificial, una pausa en el inevitable colapso que se vislumbra. La verdadera pregunta es: ¿cuánto tiempo más permitirá Florentino Pérez que Alonso siga jugando a la ruleta rusa con el prestigio del club antes invencible Real Madrid?






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