Xcel Energy Bajo Fuego: La Farsa del Apagón en Colorado
El Desastre Eólico de Xcel: Una Lección de Cinismo Corporativo
Hablemos de lo que realmente sucedió en Colorado, porque la versión oficial de Xcel Energy huele a engaño de principio a fin, como una de esas telenovelas de las que no te puedes despegar por lo absurdoque la intriga es demasiado fuerte. Estamos presenciando un manual de cómo una corporación monopolística intenta lavarse las manos y manipular a la opinión pública. La historia central era que medio millón de clientes se quedarían sin electricidad en el Front Range, debido a vientos huracanados (¡sí, huracanados! En el centro de Estados Unidos, ¿quién lo diría?). Pero aquí viene el truco: Xcel, de repente, revisó ese número, bajándolo de 500,000 a 52,000. Esto no es una simple corrección; es una completa patraña diseñada para calmar las aguas antes de que la tormenta llegara, esperando que la gente sintiera alivio cuando el daño real no fuera *tan* grande como la catástrofe que ellos mismos pronosticaron. Es la clásica jugada de “te asusto con el coco” para que luego la realidad, por mala que sea, parezca un éxito.
Todo fue una maniobra calculada. Cuando le dices a la gente que se prepare para una desgracia de medio millón de hogares a oscuras, y luego solo son 52,000, se supone que debes agradecerles por minimizar el impacto, ¿verdad? Se supone que debes olvidar que 52,000 hogares sin luz en pleno frío son un fracaso total de infraestructura y de planeación. Los medios, claro, se tragaron el anzuelo y reportaron las ‘buenas noticias’ de que el impacto no fue tan severo. Pero seamos honestos, una reducción del 90% en un estimado no es una historia de éxito; es la prueba de que Xcel no tiene ni idea de lo que hace, o de que infló deliberadamente los números para controlar las expectativas. Me inclino por lo segundo, porque este tipo de manipulación es el pan de cada día de los monopolios que operan sin competencia. Es un abuso de confianza que se repite una y otra vez, tanto en Estados Unidos como en América Latina, donde las grandes empresas priorizan sus ganancias sobre la vida de la gente. (Y luego nos quieren venir a dar lecciones de democracia y transparencia).
Vientos de 100 mph: La Exposición de una Infraestructura Fallida
Mientras Xcel jugaba con sus comunicados de prensa, ¿qué pasaba en el terreno? Los vientos superaron los 100 mph en Colorado, lo cual no es solo una brisa fuerte; es fuerza de huracán en una zona que no está preparada para ello. Los datos muestran claramente que estos vientos causaron un caos. Hablamos de retrasos en el aeropuerto de Denver que afectaron vuelos en todo el país, arruinando planes de viaje para miles de personas. Pero la cosa se puso peor: los vientos reventaron ventanas, provocaron choques en las carreteras porque los autos se salían de control y, lo más importante, tiraron postes de electricidad que evidentemente no estaban construidos para resistir este tipo de clima extremo. La realidad del miércoles no fue solo inconveniente; fue francamente peligrosa, revelando lo frágil que es la infraestructura de Colorado. Es como si Xcel hubiera ignorado por completo la creciente frecuencia e intensidad de estos patrones climáticos, eligiendo en cambio priorizar las ganancias sobre el endurecimiento de la red para un futuro previsible. El cambio climático es real, y Xcel está actuando como si no existiera.
Hablemos un poco del daño. No estamos hablando de un par de ramas caídas. Hablamos de líneas eléctricas en el suelo, el tipo de falla de infraestructura que puede provocar incendios forestales, especialmente en una región propensa a la sequía. El hecho de que Xcel tuviera que cortar preventivamente el suministro eléctrico para evitar una catástrofe potencial en condiciones secas y ventosas es una admisión de fracaso. Básicamente, están admitiendo que su equipo es tan frágil que la única forma de prevenir un desastre a gran escala es desconectar a miles de clientes. No es un problema nuevo; Xcel tiene un largo historial de problemas con su infraestructura, especialmente en lo que respecta al riesgo de incendios y al equipo obsoleto. El hecho de que sigan en esta situación año tras año, cobrando tarifas exorbitantes a los clientes mientras brindan un servicio de dudosa calidad, debería ser un escándalo mayúsculo. Ya es hora de que dejemos de ver esto como un fenómeno natural y comencemos a verlo como un fracaso de la responsabilidad corporativa, así de simple.
Un historial de Subsidios y Descuido
Este no es un incidente aislado. Xcel Energy ha estado bajo fuego durante años en Colorado y otros estados por problemas similares, principalmente relacionados con el mantenimiento de la infraestructura y los aumentos de tarifas. ¿Recuerdan el incendio de Marshall? Aunque la causa exacta es compleja, se ha implicado equipo de la compañía eléctrica en el inicio de incendios forestales, y este reciente evento de viento sirve como un crudo recordatorio de ese riesgo persistente. Parece que cada vez que hay un nuevo desastre natural, la respuesta de Xcel es aumentar las tarifas de los consumidores para pagar las mejoras que ya deberían haber realizado o culpar al clima. Es un ciclo interminable en el que el cliente siempre pierde. Son golpeados con facturas más altas, un servicio menos confiable y el miedo constante de que el próximo golpe de viento fuerte o nevada masiva paralice sus vidas por completo. El enfoque de la empresa en las ganancias a corto plazo para los accionistas claramente tiene prioridad sobre la estabilidad a largo plazo y la inversión en infraestructura, y un evento de vientos fuertes como este simplemente trae esa realidad de golpe. Esto no fue solo un miércoles ventoso; fue un síntoma de un problema mucho más profundo que Xcel ha ignorado sistemáticamente durante décadas.
Cuando analizamos la economía de esto, el modelo de negocio de Xcel parece diseñado para fracasar en un mundo de cambio climático. Tienen un monopolio, lo que significa que los consumidores no tienen a dónde recurrir. Pueden aumentar las tarifas cuando quieran, citando actualizaciones de infraestructura necesarias, pero cuando llega la crisis, la infraestructura sigue fallando. La advertencia inicial de 500,000 posibles apagones podría haber sido una forma de manipular el panorama regulatorio, haciendo que futuros aumentos de tarifas parezcan más razonables al mostrar lo catastrófico que *pudo* haber sido. Es una táctica cínica, diseñada para justificar continuos aumentos de tarifas sin proporcionar realmente un aumento correspondiente en la calidad o seguridad del servicio. Necesitamos dejar de tomar estos comunicados de prensa al pie de la letra y empezar a exigir una rendición de cuentas real. Los vientos fuertes no causaron el problema; simplemente expusieron la fragilidad que ya estaba, inevitablemente allí. Es hora de darnos cuenta de que el enfoque de Xcel no solo está solo causando inconvenientes; está poniendo vidas en riesgo, especialmente en una era de clima extremo. Es una lecciones que nos toman el pelo, como decimos en México, por puros borregos.






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