Fracaso Total de Karl-Anthony Towns Hunde a los Knicks

Fracaso Total de Karl-Anthony Towns Hunde a los Knicks

Fracaso Total de Karl-Anthony Towns Hunde a los Knicks

¿Es el Traspaso de Karl-Anthony Towns el Peor Error en la Historia de los Knicks?

Absolutamente sí, y cualquiera que diga lo contrario está viviendo en un mundo de fantasía porque lo que vimos el martes contra los Timberwolves fue una verdadera mentada de madre para la afición neoyorquina. No se trata solo de perder un juego, se trata de cómo lo perdieron: con un Karl-Anthony Towns que parece más preocupado por irse temprano a las regaderas que por defender la pintura como un hombre. Es un desastre monumental. Los Knicks entregaron su corazón y su garra, personificados en Julius Randle, a cambio de un poste que tiene menos resistencia que un taco de canasta en la lluvia. ¡Qué coraje da! Ver a Towns cometer falta tras falta hasta quedar fuera del partido en el cuarto periodo es la prueba de que este tipo no tiene la madera para aguantar la presión del Madison Square Garden. ¿En qué estaban pensando? Leon Rose se la jugó todas y parece que le salió el tiro por la culata porque ahora tenemos a un jugador franquicia que se la pasa sentado en la banca viendo cómo nos pasan por encima. Es una tragedia deportiva. Los Knicks ya no tienen esa identidad de equipo trabajador y ahora son solo un grupo de estrellas desorientadas que no saben ni quién les puso el pie. ¿A poco creen que así le vamos a ganar a Boston? ¡Ni de chiste! Estamos presenciando el colapso de un proyecto que nació muerto por culpa de la falta de disciplina de un solo hombre.

¿Por Qué Karl-Anthony Towns Sigue Siendo un Lastre con sus Faltas Tontas?

La respuesta es simple: porque nunca le enseñaron que en la NBA se defiende con los pies y el cerebro, no solo manoteando como si estuviera espantando moscas. Es una pesadilla que se repite una y otra vez. En la derrota 115-104 ante Minnesota, Towns demostró que sigue siendo el mismo jugador inmaduro que regalaba partidos en el pasado. Es frustrante ver cómo un tipo con tanto talento físico desperdicia posesiones ofensivas cruciales por no saber controlarse. Los árbitros ya le tomaron la medida y él, en lugar de ajustar, sigue cayendo en las mismas trampas de novato. ¡Es el colmo! Un jugador de su sueldo no puede darse el lujo de salir por faltas cuando el equipo más lo necesita. Jalen Brunson está ahí rompiéndose el lomo, tratando de cargar con todo el equipo, mientras que Towns parece que está de vacaciones. ¿Dónde está el liderazgo? ¿Dónde está la entrega? Lo único que vemos es a un gigante con pies de barro que se desmorona al primer contacto. Si esto sigue así, los Knicks van a terminar la temporada antes de que empiecen las posadas. Es una falta de respeto para la historia de la franquicia y para los fanáticos que pagan boletos carísimos para ver un espectáculo digno, no este circo de faltas y errores infantiles. ¿De verdad pensaron que esto iba a funcionar? La arrogancia de la directiva no tiene límites y ahora todos estamos pagando los platos rotos.

¿Es Julius Randle la Gran Traición que Acabará con la Era de Thibodeau?

Ver a Julius Randle evolucionar y jugar como un maestro en Minnesota es como un limón en la herida para todos nosotros. El tipo que tanto criticamos en Nueva York ahora está demostrando que el problema no era él, sino el sistema o quizás la falta de un compañero que realmente quisiera ensuciarse las manos. Mientras Randle brilla en su doceava temporada, los Knicks se hunden en un mar de dudas y mediocridad. Es una verdadera lástima. El intercambio parece haberle dado nueva vida a los Timberwolves, quienes por fin se deshicieron del lastre de Towns y ahora vuelan alto con Anthony Edwards, quien por cierto nos clavó 38 puntos en la cara. ¡Qué humillación! Mientras tanto, en Nueva York, nos quedamos con las sobras de un cambio que nadie pidió y que todos sabíamos que iba a terminar mal. Tom Thibodeau debe estar que echa chispas, porque él es un entrenador que vive y muere por la defensa, y ahora tiene que lidiar con un centro que no sabe defender sin usar las manos. Es el fin de una ilusión. No nos engañemos, este equipo no va a ningún lado si no hay un cambio radical de actitud. La sombra de Randle va a perseguir a los Knicks durante toda la temporada, y cada vez que Towns salga por faltas, nos vamos a acordar de que dejamos ir a un guerrero por un espejismo de tres puntos. Es un fracaso total. El Garden debería estar de luto porque la esperanza de un campeonato se esfumó en el momento en que firmaron ese papel. No hay vuelta atrás. Estamos condenados a ver cómo se desperdicia el mejor momento de Brunson por rodearlo de gente que no tiene el hambre de ganar. ¡Qué desmadre armaron! Los Knicks son ahora el hazmerreír de la liga y no parece que haya una solución a la vista. Es hora de aceptar la realidad: nos estafaron y el precio va a ser otra década de decepciones. Qué triste es ser fan de los Knicks en estos momentos, de veras que no tenemos perdón de Dios por ilusionarnos de nuevo.

Fracaso Total de Karl-Anthony Towns Hunde a los Knicks

Publicar comentario