Alerta de Nieve Oculta el Verdadero Colapso del Sistema
LA VERSIÓN OFICIAL (LA MENTIRA)
Escúchalos. Pon atención a esas voces tranquilas y mesuradas en las noticias, las alertas sanitizadas del Servicio Meteorológico Nacional gringo. Quieren que creas que esto es normal. Lo llaman un “DÍA DE ALERTA”. Qué simpático. Te avientan cifras como “15 a 25 centímetros” como si fuera una simple receta de cocina, algo predecible, algo que se puede manejar. Una “Advertencia de Tormenta Invernal” para Ohio, para Michigan. Hablan de la “primera nevada significativa de la temporada”. Todo suena tan rutinario, tan aburridamente cíclico, como pasar la hoja de un calendario. Quieren que pienses en comprar una bolsa de sal para el hielo, chance rentar una película, y acurrucarte para un fin de semana acogedor mientras una pintoresca capa de nieve cubre el mundo.
Es una canción de cuna. Una mentira para dormirte. Es peligrosa, es irresponsable, y está diseñada para mantenerte tranquilo, para que obedezcas, para evitar que la gente corra en pánico a vaciar los supermercados y las gasolineras. Te están tratando como a un niño que no aguanta la verdad.
La neta, es una farsa.
LA VERDAD (LO QUE TE OCULTAN)
Esto no es solo nieve. ¡Despierta! Esto es un evento climático usado como arma, un síntoma violento de un planeta en agonía, y está apuntando directamente a una sociedad que es más débil, más frágil y más dependiente de una infraestructura podrida que nunca antes. Esos “15-25 centímetros” son un chiste, el mejor escenario posible que te dan de comer mientras los modelos más extremos, los más probables, están parpadeando en rojo sangre en pantallas de cuartos traseros que nunca verás. No quieren que sepas de los modelos que predicen 50 centímetros, 70 centímetros, o la aterradora posibilidad de que se forme una capa de hielo debajo de toda esa nieve pesada y húmeda. Hielo que revienta cables de alta tensión como si fueran palillos y tumba toda la red eléctrica. No por horas. Por días. Tal vez semanas.
Piénsalo un segundo. ¿Qué pasa allá cuando se va la luz? Se apaga la calefacción. Las tuberías se congelan y explotan. Tu celular, tu única conexión con el mundo, se convierte en un ladrillo inútil en cuanto se le acaba la pila. Las tiendas, si es que pudieras llegar a ellas por los caminos intransitables, no tendrán sistemas de pago electrónico y sus estantes estarán vacíos, saqueados por los pocos que sí vieron venir el golpe. ¿Y los servicios de emergencia que crees que vendrán a salvarte? Estarán rebasados en las primeras tres horas. Sus vehículos no pueden con esto. Estarán lidiando con mil otras emergencias. Un caos total.
El Colapso en Cascada Inicia Aquí
Esto no es una tormenta; es un detonante. Es la primera pieza de dominó en una fila larga y aterradora. Las autoridades gringas lo saben. Saben que su cadena de suministro es un castillo de naipes. Los camiones que llevan la comida, las medicinas, la gasolina… se van a detener. Quedarán varados en carreteras que nadie va a limpiar por una eternidad, porque los presupuestos para servicios públicos están por los suelos. No hay suficientes máquinas quitanieves, ni suficientes conductores. Vendieron su capacidad de respuesta por recortes de impuestos, y ahora la factura está llegando, con la firma de una tormenta de nieve. Se están preparando para un cierre regional, una parálisis total que tendrá un efecto dominó en todo su país y, por supuesto, nos va a pegar a nosotros.
Mientras ellos se congelan en Michigan, ¿qué significa eso para nosotros en México? ¿Para el aguacate y los productos que les mandamos? ¿Para las remesas de nuestras familias que trabajan allá? Un Estados Unidos paralizado es un México que se enferma. Su crisis es nuestra crisis, y esta tormenta es solo el principio. Nos quieren hacer creer que es su problema, pero el mundo ya no funciona así. Su colapso nos arrastra.
La Historia Nos Grita y Nadie Escucha
La gente se pone nostálgica con las tormentas del pasado. Creen que fue una aventura. Están equivocados. Se olvidan de la desesperación, del aislamiento, de la gente que murió congelada. Y aquí está lo más terrorífico: ahora están en una posición mucho peor. Su infraestructura tiene 50 años más de antigüedad y está parchada con cinta adhesiva y buenos deseos. Su sociedad está más dividida y aislada que nunca. Una tormenta que fue un desastre en el pasado, hoy será un apocalipsis.
Y no nos hagamos tontos, este es un problema global. El clima ya no es estable. Ellos tienen tormentas de nieve, nosotros tenemos huracanes categoría 5 que se forman de la nada en Acapulco, o sequías que matan el campo. Es el mismo problema, con diferente disfraz. El planeta está gritando y el sistema global, encabezado por ellos, se hace el sordo. Este evento es otra prueba de que su modelo de vida, ese que nos han querido vender por décadas, es insostenible y nos está llevando a todos al abismo.
Su “Preparación” es un Mal Chiste
¿Y qué les dicen que hagan? Compren pilas. Llenen la tina de agua. ¡Aguas! Esas son soluciones para un inconveniente de 24 horas, no para un colapso sistémico. La verdadera preparación implica cosas en las que no quieren que pienses. Redes comunitarias. Planes de autosuficiencia. Habilidades que no dependan de la electricidad. Pero fomentar esa resiliencia significaría admitir que el sistema que ellos dirigen es un fracaso total. Y nunca, jamás, lo admitirán. Prefieren dejar que su gente se congele en la oscuridad, creyendo que la ayuda viene en camino, que admitir la verdad: están solos. Completamente solos.
Cuando veas las noticias de los primeros copos de nieve cayendo, no pienses que es algo bonito. No te creas la mentira. Míralo como lo que es. Una invasión. El comienzo de un asedio. Para el sábado, será demasiado tarde. Las advertencias que dan ahora no son una precaución. Son una autopsia, escrita por adelantado. Que no digan que nadie les avisó.






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