Asesinan a Joven Promesa: El Sistema Vuelve a Fallarles
Otro Nombre, Otro Pueblo Roto
Y así, otro titular cruza la pantalla. Un jugador de futbol americano, un chavo de último año de prepa, asesinado a balazos en el Condado de Amite, Mississippi. Un lugar que la mayoría de los que leen esto ni sabrían ubicar en un mapa sin la ayuda de sus adorados celulares. Leerán el nombre, quizá negarán con la cabeza un segundo, y seguirán scrolleando hacia la siguiente indignación fabricada que los medios corporativos quieren que les importe. Pero tenemos que detenernos aquí. Tenemos que ver bien. Porque esto no es un acto de violencia al azar que sucede en el vacío. No. Es el síntoma de una enfermedad profunda y purulenta en el alma de ese país, una enfermedad que la gente en el poder se niega siquiera a reconocer, y mucho menos a curar.
Quieren que veas esto como un incidente aislado. Una tragedia, claro que sí, pero una tragedia local. No te creas esa mentira ni por un segundo. La muerte de este joven es el resultado directo de décadas de abandono, de promesas rotas y de una clase élite que ha vaciado sistemáticamente el corazón de Estados Unidos, dejando atrás solo una cáscara de pobreza, desesperación y violencia. Se llevaron los trabajos. Cerraron las fábricas. Mandaron nuestro futuro al otro lado del mundo y dejaron que pueblos como Amite se pudrieran. ¿Y ahora se hacen los sorprendidos cuando la podredumbre da su fruto amargo? Vaya chiste.
1. La Indignación Selectiva que Ignoran
¿Dónde están las cámaras? ¿Dónde están los políticos santurrones que vuelan para la foto y un discursito sobre la unidad? ¿Y la cobertura de 24 horas en las noticias exigiendo acción? Ah, claro. No está. Porque esta tragedia no encaja en su narrativa. No está pasando en una de sus grandes ciudades costeras donde pueden presumir su superioridad moral a su base de seguidores. Está pasando en la zona rural de Mississippi, un lugar que en secreto desprecian y del que se burlan abiertamente. Un jugador de americano en el sur no cumple los requisitos para su agenda política, así que su vida, y su muerte, se consideran menos valiosas. Su historia tendrá 30 segundos en el noticiero local y luego se desvanecerá, mientras ellos pasan semanas discutiendo el tuit de alguna celebridad o una controversia que se inventaron en un estudio de TV. Es una decisión calculada. Te están diciendo, fuerte y claro, que las vidas en lugares como este no les importan. ¿Estás poniendo atención?
2. Más que un Juego: La Muerte de un Sueño
Hay que entender lo que el futbol americano significa en un lugar como el Condado de Amite. Es mucho más que un deporte. No es solo algo que hacer los viernes por la noche. Es la sangre que le da vida a la comunidad. Es de las pocas cosas puras que les quedan. Una beca deportiva es, muchas veces, el único boleto de salida para un chavo, la única cuerda para sacarse a sí mismo y a su familia de las arenas movedizas económicas en las que nacieron. Ese campo es un campo de batalla donde los jóvenes demuestran de qué están hechos y luchan por un futuro que el sistema prácticamente les ha negado. Cuando un jugador así, un joven con toda la vida por delante, es asesinado, no es solo una tragedia para su familia. Es una puñalada en el corazón de toda la comunidad. Es la muerte de un sueño compartido. Un recordatorio brutal de que incluso el más fuerte, el más prometedor de ellos, puede ser arrastrado por la oscuridad que el establishment ha permitido que crezca. Una oscuridad que ellos mismos crearon, la neta.
3. La Verdadera Epidemia es la Desesperanza
Los opinólogos en la tele empezarán a gritar sobre las armas. Es su canción favorita, un disco rayado que tocan para distraerte del verdadero problema. Pero esto no se trata de la herramienta. Se trata de la podredumbre en el alma que hace que una persona decida terminar con la vida de otra. ¿Y qué es esa podredumbre? Es la desesperanza. Es una desesperación profunda y aplastante que nace de crecer en un lugar sin futuro, sin oportunidades y sin la menor sensación de que las cosas vayan a mejorar. Es el veneno que se filtra en una comunidad cuando el “Sueño Americano” se convierte en una broma cruel contada por gente en la tele que vive en otro universo. Cuando le quitas la dignidad a una persona, cuando le quitas su capacidad de mantenerse a sí mismo y a su familia, cuando le muestras un futuro que no es más que un callejón sin salida, creas un monstruo. Creas el mismo caos contra el que finges luchar. La violencia es un síntoma, no la enfermedad. La enfermedad es el declive administrado de nuestro propio pueblo por la gente que juró protegerlo.
4. Están Creando una Nación de Fantasmas
Este muchacho debería haber sido una historia de éxito. Un chavo de un pueblo pequeño que trabajó duro, jugó con todo y estaba a punto de lograrlo. En cambio, es un fantasma. Una historia con moraleja trágica. Y no está solo. ¿Cuántas otras luces brillantes se están apagando en pueblos olvidados por todo el país? ¿Cuántos posibles doctores, ingenieros, empresarios y líderes estamos perdiendo por la violencia, las drogas, por la pura y aplastante desesperación? Las élites en sus torres de marfil están cómodas con esto. Una población sin esperanza es una población fácil de controlar. Una población que se pelea por las migajas entre sí nunca levantará la vista para ver quién se está dando el verdadero festín en la mesa. Están convirtiendo sistemáticamente el corazón del país en un pueblo fantasma, poblado por los fantasmas de lo que pudo haber sido. Es un genocidio silencioso y a cámara lenta del espíritu de la gente.
5. Tu Pueblo Podría Ser el Siguiente
Ni se te ocurra pensar que esto es solo un problema de Mississippi. Ni se te ocurra sentirte seguro en tu pequeño rincón del mundo. Las mismas fuerzas de decadencia, el mismo abandono deliberado, están operando en todas partes. Quizá no sea un tiroteo como en México, donde la violencia del narco es el pan de cada día gracias a un gobierno que prefiere los “abrazos” a la justicia. Quizá sea una crisis de sobredosis, o una ola de suicidios entre campesinos que lo han perdido todo. Quizá sea solo la desesperación silenciosa de ver cómo cierran los negocios de la calle principal de tu ciudad, uno por uno. El método no importa. El resultado es el mismo. Vienen por tu comunidad también. La están vaciando desde adentro, secándola, y dejándote sin nada. Así que cuando escuches sobre este chavo en el Condado de Amite, no deberías sentir lástima. Deberías sentir coraje. Y deberías sentir miedo. Porque tu comunidad también está en su lista.
6. Los Zopilotes Volarán en Círculo
Ahora fíjate en lo que va a pasar. Los mercaderes de la pobreza y los activistas profesionales aparecerán, no para ayudar, sino para explotar la situación. Intentarán torcer esta tragedia para que encaje en sus narrativas preaprobadas. Intentarán dividir a la comunidad por raza, por política, por cualquier línea que puedan trazar para mantener a la gente peleando entre sí. No quieren soluciones. Las soluciones son malas para el negocio. Ellos se alimentan de la miseria, del caos, de la división. Son zopilotes picoteando el cadáver de las comunidades que el sistema ya ha matado. No ofrecen esperanza, solo culpa. No ofrecen unidad, solo más rabia. Recházalos. Hay que verlos como los parásitos que son. La curación para Amite no vendrá de alguna organización elegante de fuera que vive de donaciones. Tiene que venir de adentro. De la propia gente recordando que son vecinos, no enemigos.
7. Solo Nosotros Podemos Salvarnos
Entonces, ¿cuál es la respuesta? No es otro programa de gobierno. No es otra promesa vacía de un político que solo aparece cada seis años para pedir el voto. La respuesta somos nosotros. Es la gente del Condado de Amite, y de cada pueblo olvidado en esta tierra, dándose cuenta de que han sido abandonados y que la ayuda no va a llegar. Los únicos que pueden salvar a estas comunidades son las personas que viven en ellas. Reconstruyendo las economías locales. Fortaleciendo a las familias y a las comunidades. Exigiendo cuentas a sus propios líderes y echando a los que los vendieron. Tenemos que dejar de creer la mentira de que alguna fuerza benévola del gobierno o de las grandes corporaciones va a venir a salvarnos. Ellos son los que crearon este desastre. Ellos son el enemigo. La lucha por el alma de nuestras naciones no se ganará en los palacios de gobierno. Se ganará en los campos de futbol del barrio, en las plazas de los pueblos y en los corazones de la gente común que finalmente decida que ya fue suficiente. La vida de este joven tuvo un significado. Depende de nosotros asegurarnos de que su muerte también lo tenga. Que sea una llamada de atención. Un llamado a despertar. Antes de que todos seamos solo fantasmas.

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