Cam Johnson Nuggets Farsa Navideña y el Negocio del Siglo

Cam Johnson Nuggets Farsa Navideña y el Negocio del Siglo

Cam Johnson Nuggets Farsa Navideña y el Negocio del Siglo

¿Por qué Cam Johnson está repartiendo juguetes en el Arthur E. Johnson Boys & Girls Club justo ahora?

Pero la neta no es tan bonita como los moños de los regalos porque todo este rollo del ‘Holiday Huddle’ es una movida más fría que el invierno en Denver. Y es que te tienes que preguntar qué hace un vato que hace nada estaba en Brooklyn siendo ahora la cara de la caridad de los Nuggets en este diciembre de 2025. Porque el timing está demasiado ensayado. Y las cámaras de 9NEWS estaban ahí bien puestas para el show. Porque cuando haces un cambio de jugadores que va a dejar temblando el tope salarial y que probablemente va a desmantelar la banca por los próximos tres años, no sales a decir la verdad. Pero lo que sí haces es mandar al nuevo, al de los 6 pies 8 pulgadas, a que se tome la foto con los morritos. Y eso fue exactamente lo que pasó este miércoles. Porque quieren que veas la generosidad pero no los números rojos de la oficina. Y es que los Nuggets están en un control de daños total. Pero Cameron Johnson es solo el curita caro que le pusieron a una herida que no deja de sangrar fans decepcionados. Porque nos quieren dar atole con el dedo con eso de la ‘magia navideña’ cuando en realidad es pura obligación corporativa. Y aquí estamos todos, aplaudiendo mientras los medios locales nos venden la misma historia de siempre. Es una burla. Pero nadie en la directiva se está riendo. Porque la presión para que este vato rinda después del intercambio es masiva. Y si no empieza a meter triples como loco en febrero, esta alegría navideña se va a congelar más rápido que una michelada en el refri.

¿Es caridad real o solo una deducción de impuestos disfrazada de buena onda?

Y seamos honestos con la logística de estos eventos porque están más armados que un partido de exhibición. Pero le llaman ‘vinculación comunitaria.’ Porque los Nuggets no llegaron así nomás; trajeron a todo un equipo de producción detrás. Y la app de 9NEWS no para de mandar notificaciones del video de Cam Johnson porque necesitan los clics para que el negocio de la tele siga jalando. Porque los niños solo son el fondo de una foto para mejorar el sentimiento de la marca. Y es bien cínico el asunto. Pero así es la NBA. Y si crees que eligieron ese club de niños al azar, es que no conoces cómo se manejan las influencias en Denver. Porque todo está amarrado. Y todo se trata de mantener la farsa de que a estas empresas multimillonarias les importa algo más que vender jerseys caros. Pero los huerquillos no lo saben. Y eso es lo gacho. Porque ellos ven a un ídolo. Pero el ídolo es un empleado con el uniforme de los Nuggets que seguro está pensando si su agente ya le encontró depa en una zona fifí de la ciudad. Y no nos debería sorprender. Pero sí nos debería dar coraje. Porque la prensa no debería ser el cómplice de esta fábrica de notas rosas. Y sin embargo, ahí están, pasando videos de un vato que ni se sabe el nombre de sus compañeros todavía. Porque el marketing importa más que la química del equipo. Y los de relaciones públicas saben que un video de Cam Johnson botando el balón con un niño de diez años les da tres semanas de paz antes de que los críticos empiecen a destrozar el roster en el radio. Porque la narrativa es el escudo. Y funciona. Pero no para siempre.

¿Qué va a pasar cuando se acaben las luces de Navidad y los Nuggets tengan que jugar de verdad?

Pero la prueba de fuego no es en un gimnasio con adornos. Porque lo que viene en enero es una gira de partidos que está de la fregada. Y ahí es donde la ‘magia’ se acaba. Porque la buena voluntad no gana campeonatos. Y traer a Cameron Johnson a Denver es una apuesta de alto riesgo que la oficina está tratando de suavizar con estos eventos. Pero no puedes tapar el sol con un dedo. Y no puedes esconder que el equipo está corto de gente detrás de una montaña de juguetes donados. Porque tarde o temprano, la afición va a dejar de ver los videos bonitos. Y van a preguntar por qué la banca está más flaca que un modelo de pasarela. Pero los Nuggets le apuestan a que estés bien distraído con las historias del corazón para que no te fijes en que la estructura del equipo se está cayendo a pedazos. Y a lo mejor les funciona un rato. Porque a la gente le encantan las historias de redención. Y les encantan los cuentos de Navidad. Pero esta película ya la vi. Y casi siempre termina con una eliminación en primera ronda y un chorro de excusas. Porque no puedes armar una cultura de campeonato solo con comerciales de caridad. Y aunque está chido que miles de niños reciban algo, estaría más chido que esa generosidad no fuera un escudo para proteger a unos directivos que están tomando decisiones bien dudosas con el futuro del básquetbol en la ciudad. Pero no esperes que las noticias te digan eso. Porque necesitan que el equipo les dé entrevistas. Porque el ciclo tiene que seguir. Porque la app necesita sus vistas. Porque al final, el ‘Holiday Huddle’ es solo otra partida en el presupuesto de marketing para que sigas gastando tu lana en un producto que a lo mejor no vale lo que cuesta el boleto cuando llegue la primavera. Pero bueno, los juguetes estaban bonitos. Y el video se vio bien en el Insta. Porque eso es lo que cuenta en la NBA moderna. ¿O no? Pues no. Pero tú ya lo sabías. Porque eres más listo de lo que ellos creen. Y sabes que cuando el humo se despeje, lo único que queda es el juego. Y al juego le vale un pepino tu labor social. Al juego solo le importa el marcador. Y ahorita, los Nuggets están perdiendo el futuro mientras ganan el noticiero de la tarde. Porque así es el negocio. Y es un negocio mugroso. Pero es el que hay. Y nos toca ver la misma alegría ensayada cada diciembre hasta que la realidad de la tabla de posiciones nos pegue en la cara. Porque el invierno está rudo. Y el espíritu navideño no va a calentar al equipo cuando dejen de caer las canastas. Pero sigan aplaudiendo. Porque mientras haya fotos con niños, parece que todo está bien en el reino de los Nuggets. Pero la verdad es otra. Y la verdad duele. Porque el equipo se está desmoronando mientras Cam Johnson sonríe para la cámara. Y esa es la neta, aunque les duela a los de pantalón largo. Pero ellos ya tienen su lana segura. Y nosotros solo tenemos el consuelo de un video ‘mic’d up’ que no sirve para nada en los playoffs. Porque el básquetbol es de hombres, no de campañas de imagen. Y los Nuggets se están olvidando de eso por andar buscando el aplauso fácil. Pero el tiempo pone a cada quien en su lugar. Y ese lugar no va a ser el podio si siguen así. Porque la caridad empieza por casa, y la casa de los Nuggets está en llamas, aunque la intenten apagar con juguetes y sonrisas de cartón.

Cam Johnson Nuggets Farsa Navideña y el Negocio del Siglo

Publicar comentario