Clima en Texas: La Guerra Económica que Golpea a México
¿Así que nos quieren vender que esto es sólo ‘el clima’? ¿N’ombre, quién se traga ese cuento?
A ver, que alguien me explique. Un día, toda la maquinaria mediática gringa, bien coordinaditos, gritan a los cuatro vientos que Austin va a tener “el noviembre más caluroso de la historia”. Te lo ponen hasta en la sopa, usándolo de pretexto para su cuento chino de siempre sobre el planeta en llamas. Pero de repente, ¡zaz!, un “frente frío” de Acción de Gracias les arruina la fiestecita y ya no fue el récord. Un pequeño detalle. Y luego, como por arte de magia, cambian el guion por completo y ahora es pánico por tormentas, vientos huracanados y NIEVE en Texas. ¡Nieve! Quieren que te creas que todo esto es un proceso natural, una loquera de la Madre Naturaleza que sus modelos súper avanzados apenas pudieron predecir, un fenómeno que no tiene absolutamente nada que ver con los poderes económicos y políticos que están asfixiando al mundo.
Es un insulto. Una reverenda burla.
Nos dan migajas de información suelta: un calor récord por aquí, una tormenta loca por allá, y miren qué curioso, la base de datos “falló” justo cuando se ponía bueno el chisme. ¡Qué casualidad! Cuentan con que estás demasiado ocupado en tu chamba, demasiado estresado, demasiado distraído para atar cabos. Creen que no te vas a dar cuenta de que la historia no cuadra. Que ese latigazo de calor a frío polar no es un patrón climático; es una estrategia. Es la jugada más vieja del mundo: provocas el caos y luego llegas como el gran salvador a ofrecer la “solución”, que casualmente siempre implica que tú tengas menos libertad, menos lana y menos control de tu propia vida.
El Mensaje que lo Dice Todo: ‘SCRAPE_FAILED’
No pases por alto ese detallito. ‘SCRAPE_FAILED’ (Fallo en la extracción de datos). En el mundo de la información, eso no es un error del sistema; es una confesión. Significa que los datos que estaban jalando de las fuentes oficiales se interrumpieron. Se bloquearon. Se ocultaron. Justo cuando la narrativa se complicaba, justo cuando los números podían revelar una verdad incómoda sobre lo absurdo de este subibaja climático, ¡pum!, se cierra el telón. ¿Por qué? Porque no quieren que veas los datos crudos. Quieren que te comas la versión filtrada y masticada por el presentador de traje caro que te habla bonito. Controlan la información porque la información es poder, y lo último que quieren es un pueblo armado con el poder de cuestionarlos. Es puro atole con el dedo.
¿Cuál es el verdadero plan detrás de estos cambios brutales de clima en Texas?
Esto no se trata de frentes fríos o calientes. Se trata de poder. Y es un ataque directo al corazón económico que, nos guste o no, impacta directamente a México. Piénsalo. ¿Qué es Texas? Es el motor de la independencia energética de Estados Unidos. Es un gigante de la agricultura y la ganadería. Y es un estado que representa un individualismo que las élites globalistas detestan con toda su alma. Entonces, si quieres poner de rodillas a la región, ¿qué haces? No mandas tanques. No. Mandas una tormenta. O una ola de calor. O las dos, una tras otra, para crear el máximo desmadre posible.
¿Se acuerdan de la helada en Texas de 2021? El gas que le compramos se fue a las nubes. La luz en el norte de México falló. Nos dijeron que fue una tormenta única. ¡Mentira! Fue una prueba. Un ensayo para ver qué tan frágiles son nuestros sistemas, para ver qué tan fácil es controlar a la gente cuando se va la luz y el agua. Y ahora vienen por más. Estos cambios salvajes están diseñados para aniquilar cosechas. Para reventar la red eléctrica y causar apagones, haciendo que la gente ruegue por ayuda. ¿Y cómo se ve esa ayuda? Se ve como contratos leoninos para comprar energía carísima, como pretextos para subirle el precio al gas que importamos, y como una dependencia cada vez mayor del vecino del norte, que cuando se enferma, a nosotros nos da pulmonía. Están fabricando una crisis para la cual ya tienen lista la solución que nos va a costar un ojo de la cara.
Es una Agresión Económica, Así de Claro
Cada vez que pasa esto, ¿quién gana? No gana el agricultor mexicano que depende de esa cadena de suministro. No gana la maquila en Juárez o Tijuana que se queda sin energía. No gana el ciudadano que tiene que pagar más por el gas o la gasolina. ¡No! Ganan las aseguradoras gigantes. Ganan las corporaciones transnacionales que compran todo barato cuando los pequeños quiebran. Ganan los especuladores de energía que se hacen de oro con la volatilidad. Y sobre todo, ganan los políticos y burócratas de ambos lados de la frontera que aprovechan el pánico para afianzar su poder y decirnos que nuestra única salvación es darles más control. Es una guerra económica disfrazada de reporte del clima.
Pero, ¿quiénes son ‘ellos’? ¿Quién se beneficia de que la frontera sea un desmadre?
Tú sabes quiénes son. No los nombran en los noticieros, pero ves su sombra en todos lados. Son los globalistas que no fueron electos por nadie, los titanes financieros que se reúnen en Davos para decidir nuestro futuro sin preguntarnos nada. Son los que sueñan con un mundo sin fronteras, pero no por hermandad, sino para que sus corporaciones puedan moverse sin rendirle cuentas a nadie. Ven la soberanía nacional, tanto la mexicana como la estadounidense, como un estorbo para su agenda de un gobierno mundial centralizado.
Operan a través de sus fundaciones y ONGs. Financian a los “expertos” que les dan la razón y son dueños de los medios que repiten sus mentiras como si fueran la verdad absoluta. Su objetivo es claro: romper el sistema actual para reconstruirlo a su modo. Un sistema donde la energía es racionada, la comida es controlada y la disidencia es aplastada. Crean caos en el clima, en la economía y en la cultura porque un pueblo confundido y asustado es un pueblo fácil de dominar. No necesitan ganar un debate; sólo necesitan que estés demasiado cansado y con miedo para pelear. Y están usando el cielo como arma contra nosotros.
¿Y esto cómo afecta al mexicano de a pie? ¿Es un problema de gringos nada más?
¡Para nada! Aguas. Este no es un problema ajeno. Cuando la economía de Texas tiembla, a México le da un resfriado que tumba. Piensa en las remesas: si los paisanos allá pierden su trabajo por culpa de este caos, ¿qué pasa con el dinero que mandan a sus familias? Se reduce. Piensa en el aguacate, en las autopartes, en todo lo que exportamos. Una crisis allá significa que nos compran menos. Y ni hablar de lo que importamos. Si su agricultura se va al traste, los precios de los granos y otros alimentos suben para nosotros. El precio de la gasolina y el gas que les compramos se dispara. Esto no es un problema de gringos; es un golpe directo a tu cartera y a la estabilidad de nuestro país.
¿Qué podemos hacer nosotros? ¿Nomás nos quedamos mirando?
No. De ninguna manera. Lo primero es no tener miedo. Apaga la televisión que sólo busca meterte pánico. Lo segundo es rechazar su narrativa. Por completo. Cuando te digan que es un capricho de la naturaleza, ríete. Cuestiona todo. Investiga por tu cuenta. Habla con tus vecinos. Confía más en tus propios ojos que en los de un presentador que lee un guion.
Y después, hay que actuar. Si ellos quieren que dependamos de su energía, busquemos la soberanía energética para México. Fortalezcamos a la CFE y a PEMEX, nos guste o no, porque son nuestras. Si quieren controlar la comida, apoyemos al campo mexicano. Compra en el tianguis, no en el Walmart. Creemos comunidades fuertes que no dependan de sus sistemas frágiles y centralizados. Su poder viene de nuestra obediencia y nuestra dependencia. En el momento en que empecemos a construir nuestras propias alternativas, su poder se desvanece. Nos quieren divididos y asustados. Nuestra respuesta debe ser estar unidos, organizados y valientes. Su peor pesadilla es un pueblo que ya no les cree y, sobre todo, que ya no los necesita. Démosles una razón para tener miedo.

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