El Playoff de Futbol Colegial Es Un Fraude Arreglado
La Farsa del Martes por la Noche
A ver, acércate. Viste los rankings que soltaron el martes, ¿verdad? El programita ese con música dramática y los disque expertos analizándolo todo. ¡Qué vacilada! Tienes que entender que lo que ves en esa transmisión es puro teatro, una narrativa construida con pinzas para crear el máximo drama para la semana de rivalidades. No se trata de encontrar a los mejores cuatro, o doce, o los que sean que metan al bracket este año. Nunca ha sido así. Se trata de lana. Se trata de contratos de televisión. Se trata de proteger a las marcas que les llenan los bolsillos a las televisoras. Y yo sé de buena fuente cómo se mueve el teje y maneje detrás de todo.
Mis contactos, gente que ha estado en esas salas de comité, me dicen que el ambiente está cargado de agendas ocultas antes de que se mencione la primera estadística. Se sientan ahí con hojas de cálculo de ratings proyectados, no solo con la fuerza del calendario de juegos. Hablan de “valor de marca” y “penetración de mercado”. Así que cuando ves a Ohio State muy cómodo en el número 1 con su récord perfecto de 11-0, no pienses que es solo porque están invictos. Claro que lo están. Pero también son un monstruo de ratings, un programa de abolengo con una fanaticada nacional masiva que garantiza ojos en la pantalla. Ponerlos en la cima es la jugada más segura y rentable que el comité puede hacer. Es pan comido. El verdadero juego es lo que pasa justo debajo de ellos.
El Espejismo de Indiana
Hablemos de lo que a todos les saca de onda. Indiana. Número dos de la nación. ¿Es neta? Y no es por tirarle mala onda a los Hoosiers; han tenido una temporada fenomenal, de esas que pasan una vez en la vida. Qué chido por ellos. Pero cualquiera con dos dedos de frente y un mínimo conocimiento de futbol americano sabe que no son el segundo mejor equipo del país. Entonces, ¿por qué están ahí? Fácil. Son el cordero de sacrificio perfecto. El comité necesitaba una historia bonita, un caballo negro para levantar y crear la ilusión de que cualquiera puede. Pusieron a Indiana en el #2 sabiendo perfectamente lo que se viene este fin de semana: el juego del Old Oaken Bucket contra Purdue. Es un juego de rivalidad, sí, pero más importante, es la última y mejor oportunidad de Indiana para tropezar antes del campeonato de conferencia. ¿Cuál es el escenario soñado para los meros meros? Que Indiana pierda un juego cardíaco, se caiga del top cuatro y le abra la puerta a un equipo de “más mérito” y de mayor renombre para que se cuele. Obtienen el levantón de rating por la historia de la Cenicienta, y de todos modos consiguen su enfrentamiento de élite preferido en el playoff. Es un ganar-ganar para los ejecutivos. Es brillante. Y es un asco.
Te están vendiendo un cuento de hadas cuando ya escribieron el final. ¿De verdad crees que el comité quiere ver un campeonato del Big Ten entre Ohio State e Indiana decidiendo un lugar en el playoff? Ni de chiste. Quieren a Ohio State contra un Michigan o Penn State bien rankeado, un duelo con historia y odio que generará números de taquilla. Indiana es solo un peón en ese juego, un comodín para generar ruido. Los están poniendo para que fallen.
El Lugar Inevitable de la SEC en la Mesa
Y luego tienes a Texas A&M, sentado en el #3. Aquí es donde entra la verdadera grilla. La Conferencia del Sureste (SEC) es el corazón del imperio financiero del futbol colegial. El lema “It Just Means More” (Simplemente significa más) no es solo un eslogan; es una amenaza. La SEC *siempre* tendrá un equipo en el playoff. Punto. Es una regla no escrita, un pacto de caballeros entre el comisionado de la conferencia y los ejecutivos de las televisoras que firman esos cheques de miles de millones de dólares. El trabajo del comité no es ver *si* un equipo de la SEC entra, sino construir una justificación para *cuál* equipo de la SEC entra.
Este año, son los Aggies. Su récord de 11-0 es sólido, pero mira su calendario. ¿A quién le han ganado realmente? El comité señalará su “calendario de la SEC” como si fuera una medalla de honor, ignorando convenientemente que evitaron a los rivales más duros y se dieron un festín con un calendario relativamente débil. No importa. Llevan la bandera de la SEC, y ese es un boleto dorado. Su lugar está seguro, no porque sean inequívocamente el tercer mejor equipo, sino porque el sistema exige un representante de la SEC en ese nivel superior. Es un lugar protegido. ¿Qué pasa si pierden contra Texas este fin de semana? ¿Crees que caerán mucho? No seas ingenuo. El comité encontrará la manera de mantenerlos en la conversación, hablando de “derrotas de calidad” y “cuerpo de trabajo”. Es un vocabulario que inventan para justificar las decisiones que ya tomaron a puerta cerrada. El juego está arreglado.
Los Agentes del Caos y los Soñadores sin Esperanza
Esto nos lleva al desmadre que hay en medio. Equipos como Georgia, Oregon, Michigan e incluso Alabama con dos derrotas están al acecho. Son las opciones del caos. El comité los mantiene lo suficientemente arriba en el ranking para mantener la intriga. Son los planes de respaldo. Si Indiana flaquea como se espera, y tal vez Ohio State batalla contra Michigan, una de estas grandes marcas está lista para ser elevada. Es una póliza de seguro para las televisoras.
Y muy abajo en la lista, encuentras a los Miami Hurricanes en el #12. Una fuente cercana al programa me dijo que se sienten completamente ninguneados, y con toda razón. Les dicen que tienen una posibilidad, que “necesitan un poco de ayuda”. ¡Qué sarta de mentiras! Esa es la jerga del comité para decir “no tienes ni la más mínima oportunidad, pero por favor mantén a tus fans enganchados y viendo nuestro programa”. Para que un equipo como Miami llegue al playoff, se necesitaría un nivel de caos que no se ha visto desde los inicios de este deporte. Estamos hablando de que los ocho o nueve mejores equipos pierdan este fin de semana. Es una imposibilidad estadística. El comité los pone en el #12 para colgarles una zanahoria, para darle a su entrenador algo de qué hablar en la conferencia de prensa y para vender boletos para su último juego. Es una ilusión de esperanza. Su única oportunidad real es ganar su conferencia y rezar para que un asteroide golpee los autobuses de otros cinco equipos. No va a pasar.
Semana de Rivalidades: El Gran Engaño
Así que mientras te sientas este fin de semana a ver “The Game” entre Ohio State y Michigan, o el Iron Bowl, o cualquiera de estos enfrentamientos históricos, recuerda lo que realmente estás viendo. No estás viendo solo un partido de futbol americano. Estás viendo el acto final de una obra bien ensayada. Los resultados han sido, en gran medida, predeterminados, no en el campo, sino en una sala de juntas. El comité ya ha analizado cada escenario posible. Saben exactamente cuánto caerá un equipo con una derrota y cuánto subirá otro con una victoria. No están reaccionando a los resultados; están administrando un portafolio de activos. Y los activos son los equipos.
¿Una victoria de Michigan crea un escenario de playoff más rentable que una de Ohio State? ¿Un Alabama de dos derrotas que se ve dominante contra Auburn presenta un mejor producto televisivo que un Indiana invicto? Estas son las verdaderas preguntas que se están haciendo. La pasión, la historia, la parafernalia de la semana de rivalidades—todo ha sido cooptado. Ahora es solo la última variable caótica utilizada para justificar la conclusión financiera y política predeterminada. Quieren caos. Necesitan caos. Porque el caos impulsa los ratings y les da la coartada que necesitan para instalar a los equipos que querían desde el principio. Así que disfruta del espectáculo. Pero no creas ni por un segundo que es una pelea justa.






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