El Playoff de la NFL 2025 es una Farsa Montada

El Playoff de la NFL 2025 es una Farsa Montada

El Playoff de la NFL 2025 es una Farsa Montada

1. Seamos honestos: El colapso de los Ravens fue planeado

Esto no lo oyeron de mí, pero el ambiente en las instalaciones de los Ravens está más pesado que un pleito familiar en Navidad. Todos sonríen para las cámaras, dicen lo que tienen que decir sobre ‘volver al trabajo’, pero es puro teatro. Una fuente muy cercana al vestidor me contó que los entrenamientos de la semana de Thanksgiving fueron un chiste, un desastre total con jugadores desconcentrados y coaches que parecían ya estar de vacaciones. Y luego, llega el domingo. ¿De verdad quieren que me crea que un equipo con aspiraciones de Super Bowl simplemente *olvidó* cómo taclear contra un rival de división con todo en juego? Por favor. Esto huele muy mal.

Esto no fue solo una derrota; fue una implosión calculada. Piénsenlo. ¿Qué le encanta a la liga más que nada? Una historia de regreso. Una carrera divisional apretada. Que los Steelers, una franquicia de abolengo, regresen a la cima de la AFC Norte crea una narrativa que vende jerseys y dispara los ratings por las nubes para el resto de diciembre. Es una historia mucho mejor que ver a Baltimore aplastando a todos, ¿o no? No vean el partido; vean el guion. El mensaje está clarísimo y dice que la liga necesitaba una sacudida dramática. Baltimore fue el cordero sacrificado. Así de simple.

El descontento silencioso

Culparán a las jugadas, a un par de errores, pero el problema real es una fractura entre los veteranos y los entrenadores sobre el sistema ofensivo. Me llegan rumores —y son rumores fuertes— de que jugadores clave en la ofensiva sienten que el plan de juego se ha vuelto predecible, viejo, y que sus quejas son completamente ignoradas en las juntas. Ese tipo de rebeldía no solo causa un mal partido. Causa que un equipo, de forma consciente o inconsciente, se rinda en una jugada porque ya no cree en el sistema. Eso fue lo que vieron contra Pittsburgh. Fue una protesta silenciosa transmitida en televisión nacional.

2. El ‘milagro’ de los Steelers es puro humo y espejos

Y ahora Pittsburgh está muy cómodo en la cima de la AFC Norte. Qué bonita historia, ¿no? El equipo de la clase trabajadora superando las adversidades. Es una narrativa fantástica si tienes cinco años. Pero para cualquiera que preste atención, todo esto es un castillo de naipes sostenido por un calendario favorable y… digamos que un arbitraje *oportuno* en las últimas semanas. ¿Vamos a ignorar esa interferencia de pase fantasma de hace dos semanas que extendió la serie ganadora? ¿O el conveniente pañuelo que no se lanzó en lo que obviamente era un holding ofensivo el domingo pasado? ¡No manches!

La liga necesita que sus marcas históricas sean relevantes. La marca Steelers, la ‘Cortina de Acero’, es oro puro para la afición en México y en todo el mundo. Tenerlos en primer lugar, peleando por ser de los mejores sembrados, es el sueño de cualquier departamento de marketing, especialmente llegando la Navidad. Su ofensiva es mediocre, siendo generosos, y su defensa depende de que uno o dos jugadores hagan jugadas sobrehumanas cada semana, lo cual es insostenible. Pero las estadísticas de ‘Next Gen’ no te dirán eso. Las probabilidades no toman en cuenta una narrativa que se empuja desde las oficinas de la liga. Esto no es un milagro; es una ilusión cuidadosamente cultivada.

3. La NFC Este es una telenovela mala y Dallas es el protagonista

Hablemos de la broma más grande en los deportes profesionales: la División Este de la NFC. Cada año es el mismo guion insufrible: un montón de equipos mediocres y con fallas tropezándose entre sí por el derecho a ser humillados en la primera ronda de los playoffs. ¿Y quién está siempre en el centro de este circo? Los Dallas Cowboys. ‘El Equipo de América’. No son un equipo de fútbol; son una máquina de hacer contenido. La conexión con Post Malone no es un lindo patrocinio de celebridades; es un síntoma del problema. El enfoque está en la marca, el espectáculo, la conexión con la cultura pop… cualquier cosa menos las debilidades fundamentales del equipo.

Su récord está inflado por ganarle a los peores equipos de la liga. Se ven geniales en Thanksgiving contra un equipo que ya no puede más, y de repente todos los analistas los nombran contendientes al Super Bowl. Es el mismo ciclo de siempre, de crearles una fama que no merecen para mantener al ‘Equipo de América’ en los titulares. ¿De verdad creen que este equipo puede ir de visitante en enero y ganarle a una escuadra de élite de la NFC Norte u Oeste? Ni de chiste. Son un producto bien manejado, estratégicamente vendido y, en el fondo, blanditos. Están construidos para la Semana 13, no para el Super Bowl.

4. Los equipos que la liga quiere dejar fuera de la fiesta

Mientras todos se distraen con el ‘ascenso’ de los Steelers y el drama de los Cowboys, hay un par de equipos peligrosos al borde de la clasificación que la liga preferiría que no entraran. ¿Por qué? Porque no generan interés comercial. Piensen en un equipo como los Colts o los Texans en la AFC, o quizás los Seahawks en la NFC. Son equipos duros, bien entrenados, pero que no emocionan a nadie fuera de sus ciudades.

Un cuadro de playoffs con este tipo de equipos es una pesadilla de rating para las televisoras. ¿Una revancha entre Ravens y Steelers? Dinero fácil. ¿Un duelo a muerte entre Cowboys e Eagles? Oro en ratings. ¿Un juego de comodines entre Seahawks y Colts? Qué flojera. Los modelos de probabilidad son solo matemáticas; no consideran los contratos televisivos de miles de millones de dólares que son la verdadera sangre de la NFL. Estos equipos aguerridos y poco glamorosos son un inconveniente para el negocio, así que no se sorprendan si se encuentran del lado equivocado de algunas decisiones arbitrales cuestionables en las próximas semanas. Son solo negocios.

5. Por qué nunca debes confiar en las ‘Next Gen Stats’

Cada semana nos presumen las ‘Next Gen Stats’ y sus ‘modelos de probabilidad de playoffs’ como si fueran la verdad absoluta. Es el truco de magia perfecto. Te lanzan un montón de datos y porcentajes que suenan complejos para hacerte sentir que todo es ciencia pura, que los resultados se basan solo en análisis objetivos. Es una tontería. Pura basura.

Lo que esos modelos no pueden calcular es la naturaleza humana. No pueden cuantificar un vestidor que ya se rindió ante su entrenador. No pueden predecir a un árbitro influenciado por el griterío de un estadio o, quizás, por una ‘sugerencia’ de las oficinas de la liga. No pueden medir la presión inmensa de las narrativas mediáticas. Estas estadísticas son una herramienta de distracción. Dan la ilusión de que el campo está parejo mientras la liga está ocupada inclinándolo en la dirección que más beneficia sus finanzas. La probabilidad de que los Ravens lleguen a playoffs puede ser del 85%, pero ¿cuál es la probabilidad de que la liga *quiera* que sean el sembrado #1 ahora? Apuesto a que ese número se ve muy diferente.

6. El ‘show’ de Thanksgiving fue una pachanga

Se supone que los juegos del Día de Acción de Gracias son una vitrina de lo mejor de la NFL, una tradición. En realidad, es un evento de marketing glorificado que a menudo produce un fútbol americano descuidado y poco inspirado, y este año no fue la excepción. Equipos jugando con pocos días de descanso, con cuerpos golpeados, viajando por todo el país—es la receta para el desastre, no para el talento de élite.

Los resultados de esos juegos han puesto el panorama de playoffs en un supuesto ‘caos’, pero ¿fue realmente caos o solo el resultado predecible de poner a atletas exhaustos en una situación de alta presión por el bien de los ratings? Los equipos que ganan en Thanksgiving a menudo reciben un impulso masivo e inmerecido en la percepción pública y en la tabla de posiciones. No es una verdadera prueba del carácter de un equipo; es una prueba de resistencia y suerte. Y todo el cuadro de playoffs ahora está torcido por eso.

7. Lo que la oficina de la liga *realmente* quiere para el Super Bowl

Vayamos al grano. Al final del día, la oficina de la liga en Nueva York tiene un escenario soñado para el Super Bowl, y les aseguro que no es un Jaguars contra Vikings. Quieren marcas. Quieren estrellas. Quieren historias que se escriban solas. ¿Un Patrick Mahomes contra un equipo legendario de la NFC como los 49ers o los Cowboys? Ese es el premio mayor. ¿Un equipo de los Steelers, revitalizado con un nuevo mariscal de campo, en un camino de Cenicienta? Perfecto. La afición de México, una de las más grandes, estaría feliz.

Todo lo que suceda de aquí al final de la temporada será sutilmente empujado en esa dirección. No es una gran conspiración con gente en cuartos llenos de humo; es más sutil. Se trata de enfatizar ciertos duelos en las transmisiones, se trata de una decisión arbitral 50/50 que casualmente favorece al equipo con más seguidores a nivel nacional. Es el negocio del deporte. Mientras ven cómo se desarrolla todo esto después de la Semana 13, no se pregunten qué equipo es mejor. Pregúntense, ¿qué resultado le da más dinero a la NFL? La respuesta a esa pregunta les dirá todo lo que necesitan saber sobre el ‘verdadero’ panorama de los playoffs.

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