El Sueño de Playoffs de tu Equipo es un Chiste Malo

El Sueño de Playoffs de tu Equipo es un Chiste Malo

El Sueño de Playoffs de tu Equipo es un Chiste Malo

La Gran Farsa de la NFL y su Falsa Paridad

Un Manifiesto sobre lo Absurdo de la “Pelea” por los Playoffs

Y aquí estamos de nuevo. Semana 12. Todavía ni hacemos la digestión del pavo de Thanksgiving y la maquinaria mediática deportiva ya está a todo lo que da, inyectándonos nuestra dosis anual de esperanza barata. Ya sacaron sus gráficas. Sus modelos matemáticos. Sus “probabilidades de postemporada de Next Gen Stats”. Todo suena muy científico, ¿a que sí? Es una ilusión hermosa, perfectamente calculada con un solo propósito: convencerte a ti, el pobre aficionado de un equipo mediocre de 6-5, de que “todavía se puede”.

Deja te digo qué son en realidad esas probabilidades. Son una herramienta de marketing. Una maquinita de generar narrativas para la clase media de la liga, esa enorme masa de equipos que no son lo suficientemente buenos para ganar algo importante, pero tampoco tan malos como para dar lástima. Necesitan que te la creas. Necesitan que veas su partido horrible del jueves por la noche. Necesitan que le compres a tu primo esa playera alternativa espantosa para Navidad. Tu esperanza es su producto. Y el negocio, créeme, va viento en popa.

La Comedia de las “Potencias” que se Derrumban

Los titulares lo gritan a los cuatro vientos. “Potencias de la AFC se encuentran fuera de la foto…” ¡Uy, qué drama! ¡Qué pánico tan terrible! Se supone que debes leer esto y pensar: “¡Wow, la NFL es tan impredecible! ¡Cualquiera puede ganar!”. Pura basura. ¿Neta nos tenemos que sorprender de que un equipo construido con palillos y saliva se tambalee con la primera brisa? Esas supuestas “potencias” nunca fueron tan poderosas como los analistas de traje y corbata nos hicieron creer.

¿Qué esperaban?

Se la pasan diez semanas apaleando a equipos de medio pelo, su quarterback es tratado como si fuera la reencarnación de Joe Montana, y luego juegan contra uno o dos rivales competentes de verdad y todo el castillo de naipes se viene abajo. Es el mismo guion de siempre, solo cambian los uniformes. Esto no es una señal de paridad en la liga. Es una señal de que la mayoría de la liga es, y siempre ha sido, fundamentalmente mediocre. Los de arriba son los de arriba, y los de abajo son los de abajo. Todo lo que está en medio es puro ruido para rellenar horas de transmisión.

Una Carcajada para los Equipos Pretenciosos

Hablemos claro, ¿quieres? ¿Ves a ese equipo con marca de 7-4, que se siente la gran cosa? ¿Ese que tiene una defensa “aguerrida” y un quarterback que solo “administra el juego”? Esos son los principales ingenuos. Sus aficionados son los que revisan las tablas de probabilidad tres veces al día. Ya están haciendo sus cuentas: “Bueno, si los Jaguars pierden contra los Texans, y nosotros le ganamos a los Titans, y la luna está en cuarto creciente…”

¡Basta! ¡Ya párale! Estás haciendo el ridículo. Ese equipo es carnada. Es relleno para los playoffs. Su único propósito en el gran esquema cósmico de la NFL es calificar, vender un montón de souvenirs en un estadio congelado, y luego ser humillado por 30 puntos por un equipo de élite que lleva un mes jugando a medio gas. Es su destino. Son los patiños de la postemporada.

¿De verdad crees que tu equipito va a ir a Kansas City o a Baltimore en pleno enero y va a ganar? ¿Con esa línea ofensiva? ¿Con ese coach que sigue pensando que es 1995? Es una fantasía. Una fantasía infantil, hermosa y absolutamente patética. Y la liga te ama por creer en ella.

El Glorioso Incendio de la Conferencia Nacional

Y luego tenemos a la NFC. Pobrecita. Cada año parece un experimento social para ver si un equipo con diferencial de puntos negativo puede ser anfitrión de un juego de playoffs. Es un desastre maravilloso. Un vocho de payasos cayendo por una colina en cámara lenta. Tienes uno, o a lo mucho dos, contendientes de verdad, y luego una estampida caótica de ocho equipos llenos de defectos, tropezándose entre ellos por el honor de ser sacrificados en la Ronda Divisional.

La División Sur de la NFC es una obra de arte. Es una división que constantemente se pregunta: ¿qué pasaría si a nadie se le diera bien jugar a esto? Es magnífico. Y mientras tanto, las tradiciones de siempre. Los Vaqueros de Dallas, el equipo de México, viéndose como campeones del mundo en octubre para luego empezar su lento, doloroso y divertidísimo colapso anual justo por estas fechas. Es tan confiable como el cambio de horario. Apostar a que los Cowboys la van a regar en diciembre no es una apuesta, es un plan de retiro.

¿Para qué fingimos que analizamos esto? No es una carrera. Es una feria. El ganador es simplemente el que queda con menos abolladuras al final. No le dan un trofeo, le dan una cuenta del taller y un boleto a Green Bay para que sus sueños se congelen.

La Pregunta sobre Shedeur es la Pregunta Equivocada

Veo esa notita en los datos. “¿Qué tan listo está Shedeur?” ¿Es broma? ¿Estamos hablando del panorama de playoffs de 2025, un ecosistema complejo de fracasos y éxitos fugaces, y el algoritmo ya nos quiere distraer con el siguiente juguetito brillante? ¿El próximo mesías del draft que, ahora sí, va a salvar a una franquicia miserable?

Así es el juego. No quieren que te fijes en el sistema podrido. Quieren que te fijes en el futuro. En el draft. En la esperanza. En el ciclo infinito de renovación que permite a los equipos malos seguir vendiendo abonos. No te preocupes porque tu quarterback actual se asusta si le soplan cerca. ¡Preocúpate por si un chavo universitario está listo para ser profesional! Es la distracción perfecta. Un juego de “dónde quedó la bolita” a escala nacional. Y siempre funciona.

La pregunta no es si Shedeur está listo. La pregunta es, ¿por qué sigues cayendo? ¿Por qué inviertes tu corazón, tu dinero y tus domingos en un sistema diseñado fundamentalmente para decepcionar a 31 aficiones cada año? La respuesta, por supuesto, es que es un espectáculo increíble. Un teatro magnífico, brutal y totalmente predecible.

Así que adelante, sigue actualizando esas páginas de probabilidades. Sigue diciéndote que si un par de resultados se dan, este podría ser el año. Es una fantasía inofensiva. Pero no te sorprendas cuando llegue enero y los mismos monstruos de siempre estén ahí al final, riéndose de ti. Siempre iban a estar ahí. El resto fue solo una ilusión. Una ilusión maravillosamente cara, hermosamente producida y, al final, completamente hueca.

La foto no se está “aclarando”. Nunca estuvo borrosa. Simplemente no querías verla.

El Sueño de Playoffs de tu Equipo es un Chiste Malo

Publicar comentario