HHS Le Borra el Nombre a Almirante Trans en Retrato Oficial
1. El Grito de Guerra en el Pasillo
Guardemos un momento de silencio solemne. Algo verdaderamente histórico ha ocurrido en los sagrados pasillos de piso de vinilo del Departamento de Salud y Servicios Humanos de Estados Unidos. No, no encontraron la cura para el cáncer. Tampoco hicieron que la insulina fuera barata, y por supuesto que no previnieron la próxima pandemia. Hicieron algo mucho, pero mucho más importante. Tomaron una postura firme. Una postura valiente, heroica y sísmicamente significativa contra una pequeña placa de metal. Bajo el nuevo y visionario liderazgo del Secretario Robert F. Kennedy Jr., el departamento ha enfrentado la amenaza más grande para la salud pública del siglo XXI: el nombre “Rachel” en el retrato oficial de la Almirante Rachel Levine.
Ya no está. Fue reemplazado. Borrado del mapa. En su lugar, su nombre de nacimiento. ¡Toma eso, medicina moderna! Ya te avisaron. Así se ve el verdadero liderazgo, señoras y señores. No se trata de navegar cadenas de suministro complejas o financiar investigación de punta. Se trata de usar un desarmador de cruz y un montón de rencor. Qué bonita época para estar vivo, ¿no?
2. La Jugada Maestra de un Genio del Ajedrez 4D
Uno tiene que maravillarse ante la genialidad estratégica que se está desplegando. Mientras las mentes inferiores están atoradas con pequeñeces como la crisis de opioides, las tasas de mortalidad materna y la salud mental, nuestros nuevos líderes están jugando ajedrez en cuatro dimensiones. ¿Siquiera pueden empezar a comprender el nivel de pensamiento galáctico que se necesita para identificar la placa de un retrato como el principal obstáculo para una nación más sana? Yo no. Es algo que te deja sin aliento.
Esto no fue una simple decisión; fue una declaración de guerra. Un mensaje enviado a cada retrato en cada edificio de gobierno del país. Los estamos vigilando. Sus plaquitas no están a salvo. Si de alguna manera te has desviado del guion, te encontraremos y te corregiremos. El aparato burocrático tiembla. No se trata de política pública; se trata de ser mezquino. Y en la gran arena de la política moderna, la mezquindad es la única moneda que vale. ¿A poco no es increíblemente inspirador?
3. La Burocracia de la Intolerancia
Tratemos de imaginar el proceso. Esto no fue un becario con una etiquetadora. Para nada. Esto fue un asunto oficial del gobierno. Hubo juntas. Hubo memorandos. Seguramente se redactó una propuesta, con todo y su análisis de costo-beneficio. “PROPUESTA PARA LA RE-DESIGNACIÓN RETROACTIVA DEL IDENTIFICADOR DE RETRATO PARA LA ALM. LEVINE.” ¿Se lo imaginan? Una sala de juntas llena de gente en trajes que no les quedan, asintiendo con la cabeza mientras una diapositiva de PowerPoint detalla la amenaza existencial que representan seis letras: R-A-C-H-E-L.
El Papeleo de la Mezquindad
Alguien tuvo que autorizar esto. Se levantó una orden de compra para una nueva placa. ¿Habrán pedido tres cotizaciones a diferentes talleres de grabado? ¿Hubo un debate sobre la tipografía? ¿Debería ser Times New Roman, una fuente tradicional, o algo más autoritario como Helvetica, para que el punto quedara bien claro? El dinero de los contribuyentes, trabajando duro para resolver los problemas que te quitan el sueño. Bueno, no tus problemas reales. Pero los problemas que tiene un grupito muy pequeño y muy ruidoso de gente en internet. Esos son los que importan ahora. Esto es eficiencia. Esto es el gobierno pequeño en acción. Es hermoso, de una manera verdaderamente espantosa.
4. Un Acto de Valentía, o Algo Así
En la historia, leemos sobre grandes actos de desafío. Martín Lutero clavando sus tesis en la puerta de la iglesia. El hombre solitario parándose frente a una columna de tanques en Tiananmen. Y ahora, se puede escribir un nuevo capítulo: un funcionario del gobierno ordenando valientemente que se cambie el nombre en una foto. Se necesita un tipo especial de valor, ¿verdad? El valor de golpear al que está abajo. El valor de atacar a un individuo por ser quien es, usando todo el peso del gobierno federal para hacerlo. El valor de ser impresionante, monumental y performativamente cruel.
¿Qué mensaje envía esto? Que ningún logro importa si tu identidad incomoda a ciertas personas. La Almirante Levine es una almirante de cuatro estrellas. Fue Secretaria de Salud de Pensilvania. Pero nada de eso importa, al parecer. Lo único que importa es un nombre que no ha usado en años. Es una estrategia audaz. A ver si les funciona. ¿Mi pronóstico? No resolverá ni un solo problema de salud, pero seguro les dará unos cuantos clics.
5. La Clínica de la Guerra Cultural: No se Requiere Copago
Bienvenidos al nuevo HHS, donde el servicio principal que se ofrece no es la salud, sino el agravio de la guerra cultural. ¿Sientes que los “progres” te están ganando? Tenemos una receta para eso. Implica peinar meticulosamente la propiedad del gobierno para encontrar cualquier rastro de progreso y luego revertirlo agresivamente, un gesto simbólico a la vez. Es más barato que financiar hospitales rurales, de eso no hay duda.
¿Para qué molestarse con el asunto complicado y desordenado de gobernar de verdad cuando puedes simplemente producir estas pequeñas viñetas de rencor para tu base electoral? Es comida chatarra política. Carente de cualquier valor nutricional, pero te da un rápido y satisfactorio subidón de indignación. Y seguirán sirviéndola, porque nosotros, el público, seguimos consumiéndola. Hemos cambiado la búsqueda de una sociedad más justa por la búsqueda del “zasca” perfecto contra nuestros oponentes. Y los “zascas” son cada vez más patéticos. Esto ni siquiera es un buen chiste. Es como ponerle el pie a alguien en el pasillo y luego correr a presumirlo en redes sociales. Qué oso.
6. ¿Qué Sigue en la Agenda? Una Humilde Propuesta
Ahora que esta gran crisis nacional ha sido superada, ¿hacia dónde se dirige esta audaz administración? Las posibilidades de actos mezquinos, vengativos y completamente inútiles son infinitas. ¿Por qué detenerse en los retratos? Podrían revisar los archivos oficiales y usar corrector líquido en cualquier documento que use pronombres con los que no estén de acuerdo. Podrían emitir un mandato federal para que a todas las estatuas de águilas calvas se les pongan picos de aspecto más masculino. Quizás podrían gastar unos cuantos millones de dólares en desarrollar una máquina del tiempo, no para prevenir desastres, sino para regresar y asegurarse de que las dentaduras de madera de los héroes de la patria estuvieran hechas con árboles 100% nacionales.
Este es el final lógico, ¿no es así? Cuando toda tu filosofía política se basa en fastidiar al otro lado, eventualmente te quedas sin cosas significativas que hacer. Te quedas escarbando en el basurero de la historia, buscando nombres viejos para resucitar y viejas heridas para reabrir. No es gobernar. Es un berrinche en cámara lenta, financiado por ti. ¿A poco no te sientes orgulloso?
7. La Verdadera Crisis de Salud es la Apatía
Y así, se cambia una placa de metal. El mundo sigue girando. Y en algún lugar, alguien no puede pagar su medicina. En algún lugar, una familia se va a la bancarrota por una cuenta de hospital. En algún lugar, una comunidad lucha por la falta de agua potable o acceso a médicos. Pero no te preocupes por nada de eso. La gente importante, los que están a cargo, ya se han ocupado del problema *real*. Un retrato en un pasillo ahora es, a sus ojos, históricamente correcto.
La broma, por supuesto, es para nosotros. Dejamos que esto suceda. Hemos permitido que nuestro discurso público se degrade hasta el punto en que este tipo de tonterías performativas se consideren una victoria política. Hemos confundido la crueldad con la fuerza y la mezquindad con los principios. La mayor crisis de salud que enfrenta el mundo no es un virus o una enfermedad. Es un caso terminal de que nos importe un comino lo que de verdad importa. Y para eso, no hay cura. Pero bueno, al menos los retratos están en orden. Prioridades, ¿no?






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