La Defensa en la NFL Ha Muerto y los QBs Festejan

¿Pero qué demonios fue eso? ¿Alguien sigue jugando defensa?

¿Vieron los juegos? ¿De verdad? Porque yo no estoy seguro de que eso fuera futbol americano profesional. Neta, parecía más bien una simulación de un videojuego con el nivel de dificultad en ‘novato’. ¡Ocho touchdowns combinados entre los quarterbacks de Cowboys y Packers, CERO intercepciones! ¡En juegos de Acción de Gracias que se supone deberían ser batallas campales! Esto ya no es una simple tendencia, amigos, es una epidemia. La ofensiva ha aniquilado por completo a la defensa, la ha hecho irrelevante, un simple estorbo en el campo. Es una burla. El deporte que amábamos se está convirtiendo en un circo aéreo de siete contra siete, y a nadie parece importarle. ¡Es el apocalipsis defensivo!

A ver, ¿los Cowboys ya son campeones o qué?

Seamos brutalmente honestos. ¿Son los Vaqueros esa aplanadora imparable que todos temen? ¡CLARO QUE SÍ! ¡POR SUPUESTO! ¡No manches, ve los números contra los Raiders! 25 de 33 pases, 268 yardas, 4 touchdowns, ni un solo error. Un QBR de 87.3. ¿Estamos bromeando? Esas no son estadísticas, es el acta de defunción de los Malosos. Para la enorme afición en México, esto fue una cátedra, una demostración de poder absoluto. No solo les ganaron, los humillaron, los desarmaron pieza por pieza. Esto no fue un partido, fue una advertencia para toda la liga, para los 49ers, para las Águilas, para todos: quítense del camino o serán los siguientes. La temporada regular ya se acabó, solo que nadie se los ha dicho. El Trofeo Lombardi ya tiene grabado el nombre de Dallas.

¿Y ahora resulta que Jordan Love es el nuevo ‘coco’ de Detroit?

¡Y en Thanksgiving, el día sagrado del futbol americano! Jordan Love se metió a la casa de los Lions, un equipo y una ciudad que vivían de falsas esperanzas, y les arrancó el corazón en vivo para todo el mundo. ¡Cuatro pases de touchdown! Sin errores, sin piedad, con una frialdad que asusta. Todos decían que los Lions por fin habían despertado, que era ‘su año’, pura basura. Bastó un solo juego contra su papá histórico para demostrar que todo sigue igual. La maldición es real, los Packers son dueños de esa división. No importa si se apellida Favre, Rodgers o Love, el uniforme verde y oro es la pesadilla eterna de Detroit. Fin de la discusión. Los Leones volvieron a su triste y patética realidad. Qué oso.

¿Qué más nos están ocultando?

¡Pero cuidado, no veas la crisis, mira para otro lado! ¡Mira qué bonito el básquetbol colegial! ¡Wisconsin metió más de cien puntos! ¡Wow, qué emoción! Es la distracción perfecta para que no te des cuenta del colapso total del balance competitivo en la NFL. Y peor aún, ¿qué onda con los Ravens? El título dice ‘ravens score’ pero no hay datos. Nada. Un vacío sospechoso. ¿Qué significa? ¿Qué nos están escondiendo? ¿Acaso el equipo se está cayendo a pedazos en secreto? ¿O es todo lo contrario? ¿Están construyendo un monstruo en silencio, una máquina de destrucción tan letal que no quieren que nadie vea las cifras hasta que sea demasiado tarde? El silencio es mil veces más aterrador que cualquier estadística. Algo está mal. Algo está podrido en el núcleo del deporte profesional y todos estamos aquí, comiendo recalentado y fingiendo que no pasa nada. ¡Abran los ojos, esto es un desastre total!