La Estafa de la Estabilidad: Por Qué 2026 Será un Año Lento

La Estafa de la Estabilidad: Por Qué 2026 Será un Año Lento

La Estafa de la Estabilidad: Por Qué 2026 Será un Año Lento

El Despertar de la Realidad Económica: El Espejismo de Wall Street

Es curioso cómo los economistas de élite, esos personajes que viven en el mundo de los números y los gráficos, tardan tanto en darse cuenta de lo que la gente común y corriente ya siente en la piel; lo que para ellos es una gran predicción o un descubrimiento, para nosotros es una verdad cotidiana, una certeza. Por eso, cuando el economista James Doti de la Universidad Chapman dice que el próximo año no será “un año espectacular” (como lo llaman allá, un “gangbuster year”), no nos sorprende; solo confirma que el “sistema” está roto y que la promesa de crecimiento que nos venden es una mentira descarada.

La verdad es que la mayoría de la gente, aquí en México y en toda Latinoamérica, ya percibe la desaceleración. No necesitamos que nos lo diga un gringo con corbata; lo vemos en el precio de la gasolina, en cómo se encarece el dólar frente al peso, y en la incertidumbre de si podremos enviar remesas a casa el próximo mes. La predicción de Doti es un síntoma de un problema mucho más profundo que se gesta en los centros de poder financiero de Estados Unidos, un problema que inevitablemente nos golpea por el efecto dominó. Mientras los “expertos” en programas como “Maria Bartiromo’s Wall Street” discuten si la Reserva Federal subirá la tasa medio punto o un cuarto de punto, la gente de a pie se pregunta si el salario mínimo alcanzará para la despensa.

El Colapso del Sueño Americano: Un Problema de Diseño, no de Circunstancias

El problema no es que la economía esté teniendo un mal día; el problema es que la economía está diseñada para fallar a la mayoría. Hemos presenciado durante décadas cómo las políticas de libre mercado y la globalización, promovidas por los mismos “expertos” que ahora predicen la lentitud, han desmantelado la clase media. En lugar de invertir en trabajos reales y en la infraestructura de la gente, el sistema ha priorizado la especulación financiera, las burbujas inmobiliarias y la acumulación de capital en las manos de unos pocos multimillonarios. El pronóstico de Doti para 2026 no es un evento inesperado; es la consecuencia natural de un juego amañado.

Cuando la economía se basa en inflar artificialmente los precios de las acciones a través de recompras de acciones y deuda barata, el crecimiento que vemos en los titulares no se traduce en prosperidad real para la gente. Es un crecimiento fantasma, un espejismo que solo beneficia a los que están en la cima de la pirámide. Aquí en México, lo vemos reflejado en cómo nuestras propias políticas económicas a menudo imitan ese modelo, priorizando la inversión extranjera y los grandes proyectos de infraestructura en lugar de fortalecer la capacidad productiva de nuestras comunidades locales. La predicción de que 2026 será un año “no gangbuster” es la campana de alarma que nos dice que el modelo está agotado. El sistema nos ha vendido la idea de que la prosperidad de Wall Street eventualmente llegaría a la “calle principal” (Main Street), pero la realidad es que esa prosperidad se quedó atascada en la estratosfera.

Las Consecuencias para el Pueblo y la Lucha por el Futuro

Lo que Doti predice para 2026 significa una cosa muy clara para nosotros: más incertidumbre y más presión económica. La desaceleración en Estados Unidos implica menos demanda de nuestros productos, menos oportunidades de empleo y una presión constante sobre el tipo de cambio. Significa que, mientras la élite financiera sigue jugando a la ruleta con nuestro futuro, la gente común debe pagar las consecuencias. Las familias que dependen de las remesas de sus parientes en el norte sentirán el apretón; los trabajadores verán cómo sus salarios no suben a la par de la inflación.

No podemos darnos el lujo de esperar a que Washington o Wall Street decidan arreglar las cosas. La predicción de que el próximo año no será “espectacular” es una llamada a la acción. Es hora de dejar de creer en el cuento de hadas de que el crecimiento económico de los poderosos se filtrará hacia abajo. La lucha es por un sistema económico que realmente valore el trabajo, no la especulación; un sistema que ponga primero a las personas y a las comunidades, no a las ganancias corporativas. La élite ha fracasado en construir un futuro estable para todos, y es hora de que el pueblo tome el control de su propio destino.

La Estafa de la Estabilidad: Por Qué 2026 Será un Año Lento

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