La Mentira del Empleo: Desempleo Oculto en EEUU Explota

La Mentira del Empleo: Desempleo Oculto en EEUU Explota

La Mentira del Empleo: Desempleo Oculto en EEUU Explota

La Versión Oficial: Un Enfriamiento Necesario Para el Bien Común

Observen con atención cómo nos venden la historia. Los voceros de Washington y Wall Street tienen el descaro de presentarnos un mercado laboral que se desmorona como si fuera un proceso natural, un simple ‘enfriamiento’ necesario para controlar la inflación. Nos dicen que el aumento del desempleo, que ahora está en su punto más alto desde 2021, es en realidad una buena noticia. ¿Por qué? Porque, según ellos, el pueblo debe sufrir un poco para que el sistema financiero se sane. Es la misma vieja retórica de siempre: el sacrificio del pueblo para el beneficio de unos pocos. Se supone que debemos creer que perder tu chamba es, en esencia, un acto de patriotismo económico. Esto no es solo cínico; es una burla descarada.

El juego de los números es un arte macabro que dominan a la perfección. Cuando la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS) publica sus informes, se centran en el índice de desempleo U-3. Este es el número que escuchas en las noticias, el que usan los políticos para presumir. Pero el U-3 es una farsa. Solo cuenta como desempleado a la persona que ha buscado activamente trabajo en las últimas cuatro semanas. Si te diste por vencido, si llevas seis meses sin encontrar nada y ya no mandas currículums, para el Tío Sam, ¡ya no eres un problema! Te borran de la estadística. Y lo mismo pasa con la gente que está subempleada, que trabaja solo unas horas a la semana o en un puesto que no tiene nada que ver con su carrera solo para pagar las cuentas. Para el U-3, ellos están ‘empleados’. Es una manipulación descarada para maquillar la realidad.

Los números que nos tiran son de risa. Dicen que se perdieron 105,000 empleos en octubre y se crearon 64,000 en noviembre. Es un juego de manos. Los números iniciales se publican con bombo y platillo para generar optimismo, pero luego, cuando nadie mira, se revisan a la baja. Siempre a la baja. Los informes iniciales son el cebo; las revisiones posteriores, meses después, son donde entierran la verdad. Es un ciclo de desinformación diseñado para crear una percepción de estabilidad que no existe. Nos mienten en la cara para mantener la calma social.

La Verdad Incómoda: El Subempleo como Epidemia Silenciosa

Si realmente quieres entender la situación del trabajador estadounidense, tienes que ignorar el U-3 y mirar el U-6. Este es el índice que incluye a los trabajadores ‘marginalmente vinculados’ a la fuerza laboral, aquellos que han dejado de buscar empleo y, lo más importante, a aquellos que trabajan a tiempo parcial por razones económicas. Aquí es donde se revela la verdad. El U-6 no muestra un ‘enfriamiento’; muestra un colapso. Muestra a la gente desesperada.

Nos dicen que se están creando empleos en la construcción y la salud. Pero hay que ver la letra pequeña. Los empleos en salud no son los de médicos o especialistas bien pagados; son en gran parte asistentes de enfermería, técnicos y personal de apoyo. Trabajos esenciales, sí, pero mal pagados y con condiciones laborales precarias. ¿Y la construcción? Muchos de esos son empleos temporales, no carreras estables a largo plazo. La realidad es que los sectores que pagan bien—tecnología, finanzas, manufactura—están recortando personal o estancados. Los empleos que se crean no tienen ni de cerca el valor de los empleos que se están perdiendo. Esto es un desplazamiento del empleo de calidad por empleo precario.

El subempleo es el cáncer de la economía actual. No es solo que la gente no tiene trabajo; es que la gente con títulos universitarios y años de experiencia se ve obligada a aceptar trabajos de baja cualificación para subsistir. Un ingeniero de software trabajando como repartidor de comida. Un soldador experto manejando un camión de carga. El índice U-3 los cuenta como ‘empleados’. Pero la realidad es que están luchando por no ahogarse. La narrativa oficial ignora esta tragedia.

La verdad cínica, y esto lo sabe cualquier investigador, es que a las corporaciones les *conviene* un cierto nivel de desempleo. Mantiene los salarios bajos. Les da poder de negociación. Si el mercado laboral está ajustado, los trabajadores pueden exigir mejores salarios y beneficios. Pero si hay una gran reserva de trabajadores desesperados (el contingente U-6), las empresas no necesitan competir. Pueden dictar las condiciones. La narrativa del ‘enfriamiento’ es la tapadera oficial para una estrategia económica deliberada para mantener a la clase trabajadora bajo control.

El Impacto en México: El Efecto Dominó del Gigante

Para nosotros, del lado mexicano, la situación económica en Estados Unidos no es una noticia abstracta; es una amenaza directa. Cuando el Tío Sam estornuda, a nosotros nos da pulmonía. La desaceleración del mercado laboral en Estados Unidos significa una reducción en las remesas, un pilar fundamental de la economía mexicana. Significa menos demanda de exportaciones. Significa más presión en la frontera, con trabajadores que ya no encuentran oportunidades al norte y se quedan varados, o regresan al sur con menos recursos. No podemos darnos el lujo de ignorar lo que sucede allá, porque somos el colchón de sus crisis.

Este no es un problema de un solo partido político. La retórica política se centra en culpar al ‘otro bando’ por los problemas. Pero la verdad es que ambos partidos, demócratas y republicanos, han facilitado la desindustrialización de Estados Unidos y la dependencia de la mano de obra barata en el extranjero. Y el resultado es el mismo: una clase media empobrecida en Estados Unidos y una dependencia estructural en México que nos hace vulnerables a cada crisis que generan.

Esta crisis se ha gestado durante décadas. Empezó con la globalización, donde se sacrificaron empleos de manufactura en Estados Unidos por la ganancia corporativa. Continuó con la automatización, donde la tecnología reemplazó empleos de alta cualificación. Y ahora estamos viendo el acto final, donde la economía de ‘chamba’ temporal y el subempleo se normalizan como el ‘nuevo normal’. Los políticos no están resolviendo esto; lo están facilitando. Mientras ellos se culpan mutuamente, el pueblo sufre.

El Pronóstico Cínico: El Camino Hacia la Recesión y la Desesperación

El investigador cínico mira estos números y ve un camino claro. El ‘aterrizaje suave’ que nos prometen es una fantasía. Esto no es un descenso controlado; es un aterrizaje forzoso. El aumento del desempleo, combinado con la persistencia de los altos precios (una inflación que el gobierno se niega a controlar adecuadamente), crea la tormenta perfecta de estanflación. Es decir, estancamiento económico con inflación persistente. El peor escenario posible.

La historia se repite. Cada vez que el gobierno ha intentado controlar la inflación ‘enfriando’ la economía, el impacto ha sido desproporcionado sobre la clase trabajadora. Los ricos se vuelven más ricos, las corporaciones mantienen ganancias récord, y el ciudadano promedio pierde su empleo y sus ahorros. El control de la oferta monetaria está en manos de unos pocos banqueros centrales que operan sin verdadera rendición de cuentas, tomando decisiones que afectan a miles de millones de vidas basándose en modelos defectuosos y presiones corporativas. Están pateando el bote hacia adelante, y estamos a punto de tropezar con él.

La predicción es sombría: esperamos más subempleo, salarios estancados y una erosión continua de la clase media. Los números oficiales seguirán siendo maquillados para evitar el pánico, pero la realidad en las calles será imposible de ignorar. Estamos presenciando el lento y deliberado desmantelamiento de la estabilidad económica en Estados Unidos, todo bajo el pretexto de ‘manejar’ la economía. La mentira oficial eventualmente se volverá tan transparente que ni siquiera los más dedicados propagandistas podrán sostenerla. La verdad se acerca, y no será bonita.

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