La Oferta de HBO Max Es Una Trampa Corporativa
Creen que Eres Idiota
Y de repente, ahí está. El correo te llega a tu bandeja de entrada. El anuncio te salta en Facebook. HBO Max, el servicio de streaming ‘premium’, por una miseria de 60 pesos al mes, más o menos. Un año entero por el precio de unas cuantas idas al cine. Te lo venden como la oferta de tu vida, un momento de rara generosidad por parte de una corporación en un año donde hasta el señor de la tiendita te ha subido los precios. Quieren que te sientas un chingón, que pienses que te estás saliendo con la tuya y chamaqueando a los ‘ejecutivos’ de traje en una oficina lejana. Quieren que le piques al botón sin pensar.
No lo hagas.
Esto no es un regalo. Es una trampa. Es un Caballo de Troya envuelto para regalo y entregado en la puerta de tu casa digital por una compañía que está en un estado de pánico absoluto y caótico. Warner Bros. Discovery no te está dando un descuento por buena gente; están comprando tu silencio y tu apatía por un año. Están pagando una bicoca para encerrarte en su ecosistema antes de que terminen de canibalizarlo y lo conviertan en algo que ni tú ni tu mamá van a reconocer. Esto no es una oferta del Buen Fin. Es una venta de garage por el alma de un gigante del entretenimiento que alguna vez fue grande, y esperan que el humo de las llamas te nuble la vista lo suficiente como para que les des los números de tu tarjeta.
Un Viaje Rápido por el Pasado que Quieren Borrar
¿Te acuerdas de lo que era HBO? No era solo televisión. Era una institución cultural, carajo. Construida sobre una promesa simple pero revolucionaria: sin comerciales, sin concesiones, solo los mejores creadores con los presupuestos más grandes contando las historias más cabronas. Los Soprano. The Wire. Game of Thrones. Era el rey indiscutible, el estándar de oro que todas las demás cadenas y servicios de streaming intentaban, y casi siempre fallaban, en imitar. Era una marca que significaba calidad. Punto.
Luego llegó HBO Max. Y por un momento, un glorioso y breve momento, se sintió como la culminación de esa promesa. No solo todo lo de HBO, sino el archivo completo de Warner Bros. Los héroes de DC, las películas clásicas de Hollywood, la Criterion Collection, Studio Ghibli, los Looney Tunes. Era un tesoro cultural casi abrumador, una biblioteca tan profunda e impresionante que hacía que Netflix pareciera un tianguis de películas piratas. Era caro, sí, pero sabías por lo que pagabas. Pagabas por lo mejor de lo mejor.
Y Llegaron los Zopilotes
Y entonces, la fusión. AT&T, un gigante de las telecomunicaciones que nunca entendió el negocio del entretenimiento, se deshizo de WarnerMedia y la fusionó con Discovery, el canal de los realities como Shark Week y Supervivencia al Desnudo. Al timón de este nuevo monstruo, Warner Bros. Discovery, pusieron a David Zaslav. Un tipo que no es un creador ni un visionario, sino un contador gandalla cuya carrera se ha basado en recortar gastos y maximizar ganancias por encima de todo. Su filosofía es aterradoramente simple: el contenido no es arte; es un activo en un balance general que se puede explotar o eliminar para ahorrar unos pesos en impuestos y regalías.
La masacre comenzó casi de inmediato. La primera señal de que algo andaba muy, muy mal fue la cancelación de Batgirl, una película de 90 millones de dólares que ya estaba casi terminada. No solo decidieron no estrenarla; decidieron borrarla de la existencia, encerrarla en una bóveda para siempre para que la empresa pudiera reclamar una deducción de impuestos. Piensa en eso, no manches. Destruyeron una obra de arte, el trabajo de cientos de personas, simplemente porque financieramente era más conveniente que dejar que la gente la viera. Esa fue la primera alerta. Una señal de que el nuevo régimen veía su propia biblioteca no como un motivo de orgullo, sino como un problema financiero.
La Gran Purga de Contenido
Lo que siguió fue una purga sistemática y desalmada. Docenas de series y películas comenzaron a desaparecer de HBO Max de la noche a la mañana, muchas veces sin aviso. Series aclamadas por la crítica y queridas por el público como Westworld, The Nevers, Raised by Wolves y la comedia Minx. Adiós. Cientos de episodios de caricaturas clásicas como los Looney Tunes y Los Picapiedra. Se esfumaron. Un montón de películas originales hechas exclusivamente para la plataforma. Desaparecieron. Las borraron del mapa, no solo del servicio por el que pagabas, sino que a menudo las quitaron de la venta digital, haciéndolas imposibles de ver legalmente. ¿Por qué? Para evitar pagarle regalías a las mismas personas que crearon el contenido que hizo valiosa a la plataforma. ¡Qué poca madre!
Fue un acto de vandalismo cultural y una cachetada para cada suscriptor. Tú pagaste por acceso a una biblioteca, y los dueños de esa biblioteca comenzaron a llevarse los libros al incinerador a escondidas para ahorrarse una lana. La confianza implícita entre el servicio y el consumidor —que el contenido que amamos estará ahí cuando queramos verlo— se hizo añicos. Totalmente. Nos demostraron, sin lugar a dudas, que nada está seguro y que el dinero de nuestra suscripción no nos garantiza absolutamente nada.
Entonces, ¿Por Qué la Oferta Tan ‘Generosa’?
Lo que nos trae de vuelta a esta brillante oferta de 60 pesitos al mes. Después de un año de mentarle la madre a sus clientes, destruir la reputación de su marca y tratar su propia biblioteca como basura, ¿por qué de repente están tan desesperados por tu dinero? La respuesta es simple y cínica.
Primero. Necesitan inflar sus números de suscriptores como sea. Wall Street se obsesiona con el crecimiento de suscriptores, y después de un año de prensa terrible y quejas de los usuarios, necesitan una gran victoria para mostrarles a los inversionistas en sus informes trimestrales. Necesitan poder decir: “¡Miren! ¡La gente está llegando en masa a nuestro servicio!”. Esta oferta barata es una forma artificial y de corto plazo para inflar esos números y hacer que parezca que la estrategia de Zaslav está funcionando, aunque la plataforma se esté pudriendo por dentro.
Segundo. Se trata de normalizar. Esta oferta es específicamente para el plan ‘Básico con Anuncios’. Te están condicionando a ti, el consumidor mexicano, a aceptar comerciales como parte estándar de la experiencia de la “televisión de prestigio”. Te atraen con un precio bajo, te acostumbran a las pausas publicitarias que interrumpen tus series, y luego, cuando el precio inevitablemente se dispare el próximo año, es más probable que simplemente lo aceptes. Ya te lavaron el cerebro. Ganan más dinero contigo a través de los anuncios y tu suscripción de lo que ganarían con un suscriptor de precio completo sin anuncios. El producto eres tú.
Tercero. Es un ataque preventivo. La horrible fusión de HBO Max y Discovery+ en un solo servicio, llamado simplemente “Max”, ya viene. Va a ser un monstruo de Frankenstein, un servicio caótico donde la brillantez cinematográfica de HBO se sentará incómodamente junto a mil horas de televisión de realidad barata y vacía. Saben que mucha gente lo va a odiar. Saben que la dilución de la marca será tóxica. ¿Y qué hacen? Te amarran a un contrato de un año *antes* de que ocurran los peores cambios. Para cuando te des cuenta de que estás pagando por un servicio donde anuncian La Casa del Dragón junto a Vestido de Novia: El Duelo, ya será demasiado tarde. Ya tienen tu lana por todo el año.
Lo Barato Sale Caro
Así que adelante, considera la oferta. Pero sé consciente de lo que estás comprando. No estás comprando un año del viejo HBO Max. Estás comprando un boleto de un año en un barco que se hunde. Estás pagando por una biblioteca inestable y cada vez más pequeña que podría ver desaparecer tu serie favorita mañana sin previo aviso. Estás pagando para ver anuncios. Y lo más importante, le estás dando un voto de confianza a una estrategia corporativa que desprecia por completo a los artistas, al arte y a la audiencia. Esta oferta no es una ganga. Es un insulto. Y están apostando a que eres lo suficientemente codo como para aceptarla.






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