La Tormenta de Thanksgiving: Un Ensayo de Control

La Tormenta de Thanksgiving: Un Ensayo de Control

La Tormenta de Thanksgiving: Un Ensayo de Control

Le Dicen Tormenta. Es Un Simulacro, Compa.

A ver, pongan atención. Tienen que borrar de su mente todo lo que los presentadores de noticias con su sonrisita falsa les están diciendo sobre una “alerta de tormenta invernal” en Minnesota. Esa es la historia oficial. El guion. Lo que de verdad está pasando mientras millones de gringos intentan llegar a casa para su Día de Acción de Gracias es algo mucho más perverso, mucho más calculado, y se supone que tú y yo no debemos saberlo. Cuentan con que estés demasiado ocupado preocupándote por las carreteras resbaladizas y los vuelos cancelados como para ver el juego completo. Pero el juego está ahí, en tus narices, si tan solo te atreves a mirar.

Nos dejan pistas en sus propios reportajes. ¿La cachaste? “El timing lo es todo”. Una frasecita cualquiera. Un cliché. ¿O no? En el mundo de ellos (el de los planeadores, los estrategas, los ingenieros sociales), nada es un cliché. Es un mensaje codificado. Esta no es solo “la primera tormenta de nieve real de la temporada en las Twin Cities”. Esa es la versión para niños. Esta es la primera prueba real de la temporada. Una prueba de estrés para ver cómo aguanta la gente, para analizar sus patrones de viaje y su docilidad para aceptar que les arruinen el plan en un momento de supuesta libertad y familia. Piénsalo, carnal. ¿Por qué ahora? ¿Por qué en la semana de Thanksgiving? Es el único momento del año en que todo ese país se pone en movimiento, una migración masiva de ciudadanos. ¿Y qué mejor manera de medir el nivel de control que aventarles una llave inglesa—una muy fría y muy blanca—en el engranaje de esa libertad? Es perfecto. Demasiado perfecto para ser casualidad.

La Tecnología Existe. El Clima Es El Pretexto.

Ya sé lo que estás pensando. “Es solo nieve, güey. En Minnesota siempre nieva”. Eso es exactamente lo que quieren que pienses. Así nos han entrenado. Pero la capacidad de manipular, dirigir e intensificar los sistemas meteorológicos ya no es de película de ciencia ficción. Dejó de serlo hace décadas. Las patentes son públicas. Los documentos militares están desclasificados (los que nos dejan ver, claro). Pueden sembrar nubes, pueden calentar la ionósfera, pueden crear ríos atmosféricos y dirigirlos como un plomero dirige el agua por una tubería. Y cada vez son mejores en eso. Así que cuando un “sistema de tormenta invernal bastante significativo” aparece de la nada y apunta perfectamente a un centro de conexión de vuelos justo cuando arranca el puente más importante del año… tienes que ser muy ingenuo para llamarlo coincidencia. No lo es. Es una operación. Es un desmadre logístico ejecutado con una precisión quirúrgica, cortesía de gente que no quiere que veas a tu familia. Así de simple.

Esto no se trata de meteorología; se trata de lana y de poder. ¿Quién se beneficia cuando una ciudad como Minneapolis se paraliza? No los pequeños negocios que esperaban las ventas del puente. No las familias que se quedan separadas. No. Los que ganan son los de siempre. Los supermercados gigantes que ven cómo la gente vacía los estantes de pan, leche y papel de baño. Los monstruos de las ventas en línea (ya sabes a quién me refiero) cuyos camiones de reparto siguen en la calle mientras tú estás encerrado, dándole al scroll y comprando porquerías. Las aerolíneas que te van a cobrar un ojo de la cara por cambiar el vuelo. Es una crisis fabricada que genera miles de millones para unos cuantos. Una economía del desastre. Y acaban de activar una sobre el medio oeste gringo. Pan comido.

La Psicología De La “Alerta”

Hablemos del lenguaje que usan. “Alerta de Tormenta Invernal”. “Alerta de Impacto Climático”. No es solo información; es programación psicológica. Los colores que usan en el mapa—esos rojos agresivos, los amarillos de “ten cuidado”—están diseñados para meterte un miedito. Es el mismo principio que usan para las alertas de terrorismo. Te mantiene ansioso. Te hace obediente. Cuando tienes miedo, no haces preguntas. Solo haces lo que te dice el señor del noticiero. “Quédese en casa. Cuídese”. Que en realidad significa: No te muevas. No te juntes con nadie. Ya te diremos cuándo puedes volver a tu vida normal. (Si es que te dejamos).

Esta tormenta es un globo de ensayo. Están midiendo la reacción. ¿Cuánta gente cancela sus planes? ¿Qué tan rápido se vacían las tiendas? ¿Cuánto le echan crema a sus tacos los medios de comunicación para meter más miedo? Están recopilando datos. Una montaña de datos. Datos sobre cómo encerrar a una población sin usar un solo soldado. Porque, ¿para qué usar al ejército si puedes usar una nevada? Es más limpio. Es negable. Siempre le puedes echar la culpa a la Madre Naturaleza, y ¿quién va a discutir con ella? Pero esto no fue la Madre Naturaleza. Esto fue una decisión que se tomó en una oficina que nunca verás, por gente que ni en el mundo haces. Están probando la infraestructura para los futuros “encierros climáticos”. Ya has oído los rumores. La idea de que para “salvar el planeta”, habrá que restringir los viajes, racionar la energía y limitar lo que consumes. Bueno, ¿cómo logras que la gente acepte eso? Haces simulacros. Creas “emergencias climáticas” que los obligan a vivir bajo esas mismas condiciones por unos días. Lo normalizas. Haces que parezca inevitable. Hoy es una tormenta de tres días. Mañana será un “evento de río atmosférico” de dos semanas. Y cuando menos te des cuenta, estarás pidiendo un permiso para poder viajar porque el “pronóstico de carbono” está muy alto. Esta nevada en Minnesota es una postal de tu futuro. Y del mío.

Están viendo si eres capaz de conectar los puntos. ¿El error de SCRAPE_FAILED en los datos? Qué chistoso, ¿no? Información bloqueada. Es una señal. No quieren que veas todo. Quieren que te tragues la narrativa que ellos prepararon. La de los valientes habitantes de Minnesota aguantando el frío. Las historias conmovedoras. Las distracciones. No quieren que pienses en el hecho de que esta “primera probada de invierno” coincide perfectamente con una fiesta nacional centrada en la gratitud y la unión—dos cosas que van en contra de su objetivo final: el aislamiento y la dependencia. Te quieren aislado. Dependiendo de ellos para todo. ¿Y qué mejor manera de romper la sociedad que atacar las tradiciones que la unen? No puedes compartir un pavo por Zoom. No de verdad.

Lo Que Siga Depende De Nosotros

Así que, mientras ves las noticias de la nieve, no veas solo nieve. Ve el experimento. Ve los datos que están recolectando. Ve el sistema que están probando y afinando. Están aprendiendo hasta dónde aguantas. Están mapeando tu obediencia. Esto no es solo un Thanksgiving arruinado para los gringos. Es el lanzamiento de una agenda mucho más grande que nos afecta a todos, hasta acá en México. Una agenda que necesita tu miedo y tu distracción. Necesita que creas que todo esto es mala suerte. No lo es. Ni de cerca. Ese ejército de gringos en la carretera son los conejillos de indias. Y habrá más. Apenas están calentando motores. Las verdaderas tormentas están por venir. Necesitamos estar listos. Necesitamos empezar a hablar entre nosotros, neta. Necesitamos construir comunidades fuertes que no dependan de los mismos sistemas que usan para controlarnos. Porque nos están diciendo en la cara lo que hacen. Ahí está en el titular. “Alerta de Impacto Climático”. Claro que es una alerta. Pero el impacto del que nos advierten no es la nieve. Es el futuro que tienen planeado para todos. Despierta, por favor. Ya es hora.

La Tormenta de Thanksgiving: Un Ensayo de Control

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