La Verdad Oculta de la Tormenta en Houston
Esto no quieren que lo sepas
Ponme atención. Pero en serio. Lo que te están vendiendo en la tele y en internet sobre la mentada ‘alerta de tornado’ en Houston es puro circo, maroma y teatro. Es una distracción de primer nivel, perfectamente calculada para que mires al cielo con cara de espanto mientras la verdadera movida pasa aquí, en la tierra. Ves los encabezados, ¿no? ‘Alerta de Tormenta,’ ‘amenaza de granizo y vientos severos,’ y se supone que te tiene que dar un miedito, una cosquilla de incertidumbre. Perfecto. Justo lo que buscan. Pero esto no se trata del clima. Óyeme bien: nunca se trató del clima.
Y esta es la parte que borraron. ¿Viste eso de ‘SCRAPE_FAILED’ en los datos brutos? No es un error técnico, güey. ¿De verdad crees que en esta era la información nomás se ‘pierde’? No. Se elimina. Se limpia. Porque si vieras el panorama completo, notarías el patrón, y el patrón lo es todo. Te dejan ver lo más amarillista, la posibilidad de un tornado, porque eso vende, te mantiene pegado a sus noticieros, pero la neta del planeta es mucho más grande y, francamente, mucho más cabrona. Esto es una prueba de estrés.
La Red Eléctrica y el Pretexto Perfecto
Hablemos de lo que de verdad está en juego. Houston, Texas. La capital energética del mundo con una red eléctrica que parece que la amarraron con chicle y rezos. Te acuerdas de la helada, ¿verdad? Claro que sí. Le echaron la culpa a los molinos de viento, un choro barato. Ahora tienen una nueva narrativa. Dicen que un ‘frente débil’ se acerca a la zona. Así, como si nada. Pero ese ‘frente débil’ es la excusa perfecta, la cortina de humo ideal para probar los límites de la red eléctrica justo antes del madrazo de consumo que es un feriado nacional. Necesitan saber cuánto aguanta la red antes de que vuelva a tronar como ejote. Y prefieren que pase un lunes cualquiera por la noche a que pase el mero Día de Acción de Gracias, cuando todo el mundo los estaría viendo hacer el ridículo. Otra vez.
Porque cada que parpadea la luz, cada que hay un apagón, es un dato más para ellos. Es otro argumento para pedir más lana, para tener más control, para centralizar el poder en unas cuantas empresas y comités regulatorios que no le rinden cuentas a nadie, ni a Dios padre. Ellos magnifican la crisis y luego llegan como los héroes, los salvadores, con una ‘solución’ que siempre, siempre, significa que tú tengas menos libertad y pagues un recibo de luz más caro. Es el mismo libreto de siempre. La misma gata, nomás que revolcada. Y nos la estamos tragando completita.
Y no me salgan con que el ‘viento y granizo’ es por nuestra seguridad. Es para prepararte para lo que viene. Cuando se vaya la luz, no van a decir ‘nuestra infraestructura es una porquería’. Van a decir: ‘¡No bueno, es que cayó granizo del tamaño de pelotas de golf, los vientos eran de huracán, fue cosa de la naturaleza!’ Fabrican el pretexto antes de que ocurra la falla. Es genial. Es diabólico. Y está pasando ahora mismo.
La Psicología del Susto Pre-Feriado
Pero el cuándo lo hicieron es lo que los delata. Justo antes de Thanksgiving. Una fecha en que la gente viaja, se reúne con la familia, gasta un dineral. ¿Por qué ahora? ¿Por qué meter esta dosis de ansiedad justo antes de un día festivo que se supone que será, como dicen ellos, ‘tan agradable como un pay’? Porque una población que está tantito nerviosa, un poco asustada, es una población más fácil de controlar. Quieren ver cómo reaccionan las cadenas de suministro, cuántos vuelos se cancelan por una ‘posible’ amenaza, cómo cambia el comportamiento de la gente. Es un experimento social a escala masiva y en tiempo real. ¿Vas a cancelar tu viaje? ¿Vas a correr al súper a hacer compras de pánico? ¿Te vas a encerrar en tu casa y obedecer? Todas tus reacciones las están registrando y analizando.
Y luego, viene el alivio. Pasa la tormenta, no fue para tanto, y sale el sol justo a tiempo para el pavo. Todos respiran aliviados. ¿Y a quién le dan las gracias? A los mismos que inflaron el miedo para empezar. A las autoridades, a los meteorólogos, al sistema. Se ven competentes. Parecen tenerlo todo bajo control. Es un condicionamiento psicológico de manual. Te están entrenando para que asocies el miedo con la voz de ellos y la seguridad con su guía.
Piénsalo. El latigazo emocional es a propósito. ‘¡Alerta por vientos y granizo!’ y al día siguiente ‘un Día de Acción de Gracias perfecto’. Es un sistema de presión y liberación. Te mantienen enganchado a su historia, colgando de cada palabra que dicen. Controlan el flujo de información y, al hacerlo, controlan tus emociones. Y una población que puede ser manipulada emocionalmente es una población que puede ser controlada en todo lo demás.
La Agenda Real, al Descubierto
Entonces, ¿cuál es el objetivo final? Nunca es una sola cosa. Es toda una red. Primero, la lana. Obviamente. Cada amenaza de tormenta, por más leve que sea, justifica gastos millonarios en ‘resiliencia’ y ‘proyectos contra el cambio climático’. Se firman contratos. Miles de millones de dólares pasan del bolsillo del público al de unas cuantas empresas privadas. Es un negocio redondo. Y tú lo pagas con tus impuestos y tarifas más altas. Tu miedo es su mercancía.
Segundo, los datos. Y no solo los de la red eléctrica. Tus datos. Cómo reaccionas. A dónde vas. Qué compras. A quién le llamas. Cada interacción digital durante una crisis controlada alimenta sus algoritmos. Les ayuda a predecir cómo manejar el siguiente evento, el que sí sea grande de verdad. Esto es solo un simulacro. Siempre es un simulacro para algo peor que ellos saben que viene.
Y tercero, y lo más importante, es sentar un precedente. Están normalizando la idea de vivir en un estado de emergencia constante de bajo nivel. El cintillo de ‘Alerta de Tormenta’ se vuelve parte del paisaje. La idea de que tu seguridad siempre está en riesgo por una fuerza impredecible que solo ellos pueden interpretar se vuelve normal. Te acostumbras a las alertas. Te acostumbras a las advertencias. Te acostumbras a ceder un poquito de tu autonomía a cambio de sentirte seguro. Y un día te vas a despertar y te darás cuenta de que lo entregaste todo a cambio de una ilusión de seguridad contra una tormenta que nunca fue la verdadera amenaza.
Así que esta noche, cuando veas los mapas del radar con esas manchas rojas y amarillas sobre Houston, no veas solo una tormenta. Ve la maquinaria que hay detrás. Ve el cuento que te están contando. Ellos te dicen que te cuides del viento y el granizo. Yo te digo que te cuides de ellos. La verdadera tormenta no está en el cielo. Está en el sistema. Y créeme, a nuestros paisanos en H-Town y a nosotros en México, nos afecta más de lo que creemos. Están contando con que estés demasiado distraído para darte cuenta. No les des ese gusto.






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