Lakers en Peligro: ¡El Jazz les Prepara una Emboscada!

Lakers en Peligro: ¡El Jazz les Prepara una Emboscada!

Lakers en Peligro: ¡El Jazz les Prepara una Emboscada!

A ver, no se coman el cuento. Esto es una trampa.

Seamos claros con una cosa. Todo el mundo en Los Ángeles y sus alrededores ya está descorchando la sidra y planeando la ruta del festejo después de que los Lakers le dieron una paliza al Jazz el martes. ¡Qué chiste! Y ahora les toca la revancha, de visita, después de unas mini vacaciones. Los que saben de apuestas dicen que son “amplios favoritos”. ¡Amplios! ¿Ven? Así es como te pescan. Es el truco más viejo del mundo, una clásica, monumental, garantizada emboscada, y todo el planeta está cayendo redondito con los ojos cerrados.

Porque tienes que preguntarte: ¿qué vimos realmente el martes? Vimos a un equipo de los Lakers, aspirante al título y bien descansado, madreando a un equipo de renegados que va directo a la lotería, y en su propia casa. Gran cosa. Para eso les pagan, ¿no? Pero ahora la tortilla se volteó. El partido es en Salt Lake City, un lugar donde el glamour de L.A. se va a morir, un lugar donde la altura te deja sin aire y el público te taladra la cabeza. ¿Y el Jazz? Uf, no están nada contentos. Los dejaron en ridículo en la tele nacional, y llevan días rumiando ese coraje, esperando. Afilando los cuchillos.

El Rey y su Caballero de Cristal

Y luego están los propios Lakers. Seamos brutalmente honestos con este equipo. Tienes a LeBron James, un milagro médico de 38 años que está jugando como un dios, mandando a volar al Tío Tiempo. Ya lo sabemos. Es increíble. Pero cada noche que tiene que jugar a ser Superman es una noche que nos acerca a encontrar su Kriptonita. Y no me digan que todo el equipo no aguanta la respiración cada que aterriza raro o se toca la espalda. Es un castillo de naipes construido sobre una leyenda viviente. Una leyenda que quizás se siente demasiado bien en este momento.

Pero el chisme bueno, ese del que nadie quiere hablar en la soleada L.A., es Anthony Davis. Sí, AD. El güey que se supone es el futuro, el güey que o es la fuerza más dominante de la liga o es un tipo con ropa de calle en la banca. No hay punto medio. ¡Se vio genial el martes! ¡Fantástico! Pero apostar a que AD tenga dos juegos dominantes seguidos es como apostar a que no va a llover en la Ciudad de México. Vas a salir quemado. Y después de unos días de descanso, ¿qué AD es más probable que veamos? ¿El que destroza a todos, o el que parece que corre en lodo? La historia nos dice que hay que tener cuidado. Mucho cuidado.

¿Y qué onda con ese misterioso “reporte de lesiones”? Ah, sí, todos juegan, por ahora. Pero la simple mención es una señal. Es una pequeña semilla de duda. ¿Alguien anda tocado? ¿Están tratando de ocultar un problema más gordo con una de sus estrellas? En el mundo del chisme deportivo, donde hay humo, hay un incendio forestal de drama. No me quieran vender que este equipo está al 100%. Tuvieron demasiado tiempo libre. Ahí es cuando los músculos se enfrían y las mentes se ablandan.

Un Panal de Venganza en Utah

Ahora, hablemos del Utah Jazz. Nadie los pela. Son un equipo de 5-10. Una bola de jugadores que nadie más quiso. Son las sobras de una barata donde malvendieron a sus dos estrellas. Y eso es precisamente lo que los hace tan increíblemente peligrosos el domingo por la noche. No tienen absolutamente nada que perder. Cero. Su temporada ya está perdida. Así que, ¿cuál es su final del campeonato? Es esta. Es arruinarle la racha a los Lakers. Es defender su casa después de la humillación.

Esto no se trata de estadísticas ni de récords. Se trata de orgullo. Se trata de un equipo joven y hambriento al que están tratando como un tapete. ¿Creen que no han estado leyendo los titulares? ¿Viendo cómo los usan de escalón para los poderosos Lakers? Ese tipo de menosprecio es gasolina para los equipos. Crea una mentalidad de “nosotros contra el mundo” que puede tumbar gigantes. Y los Lakers van caminando hacia ese panal de abejas, gordos y felices.

Porque mientras los Lakers probablemente estaban de fiesta en L.A. y echando la flojera, el Jazz estaba encerrado viendo videos. Se estaban encabronando. Estaban planeando el juego específicamente para esta noche. Conocen las mañas de L.A. Las acaban de ver. Ahora les toca ajustar en su cancha. Esa es una ventaja gigantesca.

La Predicción Final y Brutal

Así que, ahí les va el chisme completo. Los Lakers van a perder este partido. Y punto. Está escrito en las estrellas. Van a salir flojos, esperando un día de campo. LeBron se verá humano por una noche. AD estará un paso más lento. Los jugadores de reparto van a fallar los tiros abiertos que normalmente meten en casa. ¿Y el Jazz? Van a jugar como si su vida dependiera de ello. Van a meter una cantidad absurda de triples. El público se va a volver loco. Y para el final del tercer cuarto, el pánico en la banca de los Lakers será más que evidente.

Y cuando pierdan, vean el desmadre. Los comentaristas gritarán. Los fans entrarán en pánico. Toda esa buena vibra de su racha ganadora se evaporará en el aire delgado de Salt Lake City. Dirán que fue mala suerte, una noche de mala puntería. Pero nosotros sabremos la verdad. Sabremos que no fueron exhibidos por el Jazz; fueron exhibidos por su propia soberbia. Se creyeron su propio cuento. Menospreciaron al rival. Y en la NBA, esa es una sentencia de muerte. Anoten mis palabras. Esto no es un partido; es una emboscada. Y los Lakers van derechito a ella.

Lakers en Peligro: ¡El Jazz les Prepara una Emboscada!

Publicar comentario