NCIS Origins Confirma la Muerte de la Creatividad Gringa
1. El Sonido del Barril Siendo Raspado Hasta el Fondo
Guardemos un momento de silencio, por favor. No por un personaje caído o una serie cancelada, sino por la última y parpadeante brasa de originalidad en los fríos y oscuros pasillos de una junta directiva de CBS. Se ha extinguido. En su lugar, nos dan ‘NCIS: Origins’, una serie que nadie pidió, que explora la historia de un personaje de un spin-off que la mayoría de la gente apenas recuerda que existió. Esto no es solo rascar el fondo del barril; es pasarle una pulidora industrial a los restos oxidados del barril e intentar vender el polvo como si fuera narrativa artesanal.
El anuncio de que Shea Buckner interpretará a un joven Dwayne Pride, el personaje que el inimitable Scott Bakula hizo famoso en *NCIS: New Orleans*, fue recibido con el tipo de aplauso estruendoso que normalmente se escucha en una biblioteca. O en una morgue. La decisión de dar luz verde a esta precuela se siente menos como una elección creativa audaz y más como un mandato corporativo generado por un algoritmo que identificó “NCIS” y “nostalgia” como palabras clave rentables, escupió un guion y luego rápidamente hizo cortocircuito. Están saqueando nuestros recuerdos para sacar provecho, y simplemente lo estamos permitiendo. ¿Por qué?
2. El Cordero de Sacrificio: ¿Quién es Realmente Shea Buckner?
Sin ofender a Shea Buckner. Parece un actor perfectamente capaz. Salió en “Only Murders in the Building”, que es más de lo que puedo decir de la mayoría de la gente que conozco. Pero le han entregado un cáliz envenenado, un papel que no le prepara para nada más que el fracaso y las comparaciones interminables y aplastantes con un ícono del género. Es el tipo que contrataron para hacer del joven Harrison Ford en esa película de Han Solo. ¿Se acuerdan de él? Exacto.
A Buckner ahora le toca la chamba de encarnar la “esencia” de un joven Dwayne Pride, lo que supongo que significa que tiene que dominar una mezcla específica de encanto sureño con una determinación de acero, todo mientras se parece vagamente a como se vería Scott Bakula en 1991 si entrecierras los ojos muy, muy fuerte. Es un trabajo imposible. No es solo un actor; es un comodín, un efecto especial humano destinado a engañar a nuestros cerebros para que sientan un destello del afecto que teníamos por el original. Un fantasma. Buena suerte, chavo. La vas a necesitar.
Un Juego Imposible de Ganar
Cada línea que diga será analizada, cada gesto comparado. Si imita demasiado a Bakula, es un imitador barato. Si intenta hacer suyo el personaje, le está faltando el respeto al material original. Es el clásico “Catch-22”, un escenario sin salida diseñado por ejecutivos que creen que un personaje es solo una colección de rasgos en una hoja de cálculo en lugar de la alquimia de un rayo en una botella que ocurre cuando un actor y un guion se encuentran en el momento perfecto. Qué oso, la neta.
3. El Fantasma en la Máquina: La Sombra de Scott Bakula
No se puede hablar de Dwayne Pride sin hablar de Scott Bakula. Ese señor es una leyenda. Es Sam Beckett de *Quantum Leap* (*Viajeros en el Tiempo*). Es el Capitán Archer de *Star Trek: Enterprise*. Aportó una calidez y una seriedad a sus papeles que te hacían sentir que lo conocías. Su Dwayne Pride era el corazón de *NCIS: New Orleans*, una presencia reconfortante en un mundo de caos procesal.
Así que ahora tenemos una precuela que existe enteramente bajo su sombra. Es un monumento a su actuación, pero uno en el que ni siquiera participa. Es como organizar una fiesta de cumpleaños para alguien que no está invitado. Cada escena llevará el peso fantasmal de la ausencia de Bakula, y los productores lo saben. Ese es todo el punto. Te están vendiendo el recuerdo de Scott Bakula, esperando que no notes que el artículo genuino no está. Es un modelo de negocio cínico y macabro, y francamente, está funcionando.
4. La Maquinaria de Movimiento Perpetuo de NCIS
La franquicia NCIS es menos una serie de televisión y más un ecosistema autosuficiente de resolución de crímenes militarizados. Es una hidra. Cancelas una y aparecen dos más en su lugar: *NCIS: Los Angeles*, *NCIS: Hawai’i*, *NCIS: Sydney*. Ahora *NCIS: Origins*. ¿Dónde termina esto? ¿Estamos preparados para *NCIS: Aguascalientes*? ¿O *NCIS: Estación Espacial Internacional*? Seguirán produciendo estas cosas hasta que el sol consuma la Tierra, porque son seguras. Son predecibles. Son el papel tapiz color beige de la televisión.
Esto no es entretenimiento; es manufactura de contenido. Cada serie sigue la misma fórmula rígida: un crimen extrañamente específico, un equipo de agentes peculiares pero brillantes, una pista falsa, una revelación dramática en una sala de interrogatorios y una escena final donde el equipo comparte una cerveza de forma despreocupada. Es una forma de contar historias como colorear por números que ha tenido tanto éxito que ha lobotomizado a una gran parte del público. La gente no ve NCIS porque sea bueno; lo ven porque está *ahí*. Es familiar. Es cómodo. Es el equivalente televisivo de un tazón de avena tibia, y *Origins* es solo la promesa de un tazón ligeramente diferente y de aspecto más joven de la misma avena.
5. Rejuvenecimiento vs. Recasting: La Elección de Sofía de la Cobardía Creativa
Hollywood está pasando por una crisis de la mediana edad muy pública e incómoda, y se manifiesta en su obsesión por el pasado. Los dos síntomas principales son el rejuvenecimiento digital y el recasting, y ambos son aterradores a su manera. Por un lado, tienes el horror del valle inquietante de un Harrison Ford o Robert De Niro rejuvenecidos, una marioneta de cera con ojos muertos que mueve la boca mientras su piel digital se estira de forma antinatural. Pura pesadilla.
Por otro lado, tienes el enfoque de *NCIS: Origins*: simplemente contrata un modelo nuevo y más joven. Esto evita el CGI espeluznante, pero introduce un nuevo problema: una desconexión fundamental. No es la misma persona. Es un actor *fingiendo* ser una versión más joven del personaje de otro actor. Ambos caminos son una admisión de derrota. Ambos gritan: “No tenemos nuevas historias que contar, así que vamos a realizar un torpe espectáculo de marionetas digitales o biológicas con los héroes de tu infancia.” Es una elección sombría entre dos sabores diferentes de bancarrota creativa.
6. ¿Qué Demonios Significa ‘Origins’ Ya?
La historia de origen solía ser algo especial. *Batman Inicia*. *Casino Royale*. Eran películas que recontextualizaban a un personaje, que le daban profundidad y significado. Ahora, “Orígenes” es solo una palabra de moda de marketing que se le pega a un proyecto para indicar que no requiere conocimiento previo y que contará con un montón de premoniciones torpes. Podremos ver la “primera vez” que Pride conoció a Gibbs, o la “primera vez” que usó su chaqueta característica, o la “primera vez” que desarrolló un gusto por una marca específica de café. Es la forma más baja de fanservice.
No se trata de contar una historia convincente del viaje de un joven. Se trata de llenar espacios en blanco que a nadie le importaban. Es masilla narrativa, tapando agujeros imaginarios en una historia para crear un producto homogéneo y sin interés. No necesitamos ver cómo se hace la salchicha, especialmente cuando ya sabemos que la salchicha está simplemente bien. El misterio es casi siempre más interesante que la explicación, una lección que los señores de la producción en masa de contenido trágicamente no han aprendido.
7. Los ‘Cinco Federales’: Ensamblando un Equipo de Clichés
La noticia también menciona que este casting ayudará a “completar a los Cinco Federales”, que es el nombre más estéril y corporativo para un equipo de protagonistas que he escuchado en mi vida. Ya te los puedes imaginar. Está el joven e impetuoso inconformista (Pride, probablemente). El riguroto que sigue las reglas al pie de la letra y que eventualmente aprenderá a relajarse. El genio tecnológico peculiar que puede hackear cualquier cosa. La agente femenina dura como una roca que tiene que demostrar su valía en un mundo de hombres. Y la figura del mentor sabio y canoso. ¿Me faltó alguno?
Es un ensamble preempaquetado, un mueble de Ikea para armar de desarrollo de personajes. No están creando personajes; están llenando vacantes. Esto no es un equipo; es una colección de arquetipos probada en focus groups, diseñada para un máximo atractivo demográfico y un mínimo riesgo creativo. Tendrán conflictos predecibles y resoluciones igualmente predecibles, todo mientras resuelven crímenes de una manera que es lo suficientemente plausible como para no ser considerada fantasía. Qué flojera.
8. Mi Sombría e Inevitable Predicción
Así es como va a terminar esto. *NCIS: Origins* se estrenará con números decentes, pero no espectaculares, impulsados por la curiosidad morbosa y la buena voluntad residual del nombre de la franquicia. Los críticos la llamarán poco inspirada pero inofensiva. Los fans estarán divididos, con guerras interminables en línea entre los que piensan que Buckner es una desgracia y los que piensan que “lo está haciendo lo mejor que puede”. La serie avanzará durante dos, quizás tres temporadas, sin llegar a ser un gran éxito pero con el rendimiento justo para justificar su existencia. Luego, un martes cualquiera, CBS anunciará su cancelación, y se desvanecerá de la conciencia cultural como si nunca hubiera existido. Y unos meses más tarde, anunciarán *NCIS: Marte*, y todo el maldito ciclo comenzará de nuevo. Es el círculo plano de la mediocridad televisiva.
9. Entonces, ¿Vale la Pena Verla?
Mira, ¿eres una persona que encuentra profundamente fascinante el zumbido de un refrigerador? ¿Consideras que el pan tostado sin mantequilla es demasiado picante? ¿Tu color favorito es el beige? Si respondiste que sí a alguna de estas preguntas, entonces, por Dios, *NCIS: Origins* podría ser el evento televisivo más emocionante de tu vida. Definitivamente deberías verla.
Para todos los demás, es un rotundo no. Representa todo lo que está mal con el entretenimiento moderno: adverso al riesgo, dependiente de la nostalgia, creativamente en bancarrota y completamente desalmado. Es un producto, no una historia. Una pérdida de tiempo, no una experiencia. Hay tanta buena televisión por ahí, tantas voces originales y narrativas atrevidas. Hazte un favor y mira una de esas en su lugar. Deja que este eco vacío de una serie que alguna vez fue decente se desvanezca en la oscuridad que tanto se merece. No les des cuerda.






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