Northwestern Aplasta a Central Michigan en el GameAbove Bowl

Northwestern Aplasta a Central Michigan en el GameAbove Bowl

Northwestern Aplasta a Central Michigan en el GameAbove Bowl

¿Neta creen que Central Michigan puede con un equipo del Big Ten?

Y la respuesta corta es que ni de chiste, pero aquí estamos, tragándonos el cuento de que el GameAbove Sports Bowl va a estar parejo porque es Navidad y todos queremos milagros. Pero la neta es que Central Michigan es pura llamarada de petate comparado con lo que Northwestern trae en las trincheras. Porque miren, el fútbol americano colegial en Estados Unidos tiene niveles, y el MAC (donde juega CMU) es como la liga de ascenso comparada con la Champions que es el Big Ten. Y aunque Northwestern no sea el Real Madrid de su conferencia, tienen una lana y un reclutamiento que ya quisiera cualquier equipo de Michigan. Pero los analistas gringos se la pasan diciendo que CMU tiene ‘corazón’ porque regresaron a un bowl después de tres años de pura vergüenza. El corazón no te sirve de nada cuando un liniero de 140 kilos te está enterrando el casco en las costillas cada que intentas correr el balón. Porque la velocidad y la fuerza bruta que se maneja en el Big Ten es otro boleto. Es una carnicería disfrazada de deporte educativo. Y el que crea que CMU tiene oportunidad es porque de plano no ha visto cómo se las gastan los equipos de Chicago cuando se trata de defender su prestigio académico y deportivo.

Y si checamos las apuestas, la raza que sabe de esto ya le metió todo el billete a Northwestern. Porque los expertos no andan con sentimentalismos de si es el día después de Navidad o si los chavos quieren irse de fiesta a Detroit. Pero los Chippewas de CMU van a querer dar el campanazo. Y la verdad es que eso es puro pájaro nalgón. Porque cuando te enfrentas a una defensa que se fletó todo el año contra monstruos de Ohio State y Michigan, un equipo de la MAC te parece un juego de práctica. Y es que el ritmo es distinto. Pero la gente se deja llevar por el hecho de que el juego es en Detroit, cerquita de la casa de CMU. ¡Por favor! Eso no quita que Northwestern sea más equipo en cada posición del campo. Porque la disciplina de los Wildcats es legendaria. No se andan con rodeos. Van a salir a asfixiar al rival desde la primera patada. Y es que en estos bowls de ‘medio pelo’, lo que cuenta es quién tiene más ganas de estar ahí. Y Northwestern tiene una cuenta pendiente con su afición. No van a dejar que un equipo que quedó en quinto lugar de una conferencia mediocre les eche a perder el recalentado.

¿El GameAbove Sports Bowl es un trofeo real o nada más una excusa para vender boletos en Detroit?

Porque vamos siendo honestos, un equipo con récord de 7-5 no debería estar celebrando nada, pero así es el negocio en el gabacho. Pero nosotros lo vemos porque nos encanta el morbo de ver si el chiquito le pega al grande. Y la neta es que eso casi nunca pasa en el fútbol colegial moderno. Porque el dinero manda. Y Northwestern tiene el presupuesto para tener a los mejores entrenadores y la mejor tecnología. Central Michigan apenas si puede mantener su estadio lleno. Pero la narrativa dice que ‘todo puede pasar’. ¡Mentira! Lo que va a pasar es que Northwestern va a correr el balón, va a quemar el reloj y va a ganar un partido aburrido que solo los que le metieron lana van a disfrutar. Porque el fútbol del Big Ten es así: feo, seco, pero efectivo como un golpe de realidad. Y CMU no tiene la profundidad de banca para aguantar cuatro cuartos de ese castigo físico. Porque a la mitad del tercer cuarto, los de Michigan ya van a estar pidiendo la hora mientras los de Northwestern siguen como si nada. Es la diferencia entre comer pura hamburguesa y tener un nutriólogo de tiempo completo pagado por una universidad de élite.

Y ni me vengan con que la afición de Michigan va a pesar. Porque Ford Field es un estadio techado, un ambiente de laboratorio donde lo que importa es la ejecución, no los gritos de cuatro borrachos que fueron a ver el juego después de la cena de Navidad. Porque el ruido no detiene una carga del linebacker. Y los de Northwestern están acostumbrados a jugar frente a 100,000 personas en estadios que de verdad imponen. Detroit les va a parecer una biblioteca. Pero para los de CMU, este es el juego de sus vidas. Y ahí está el detalle: cuando juegas con demasiada presión contra alguien que se lo toma como un día más en la oficina, terminas cometiendo errores. Y los errores en este nivel se pagan con puntos en contra. Porque Northwestern no perdona. Te interceptan una vez y ya te metieron siete puntos antes de que te des cuenta de qué pasó. Es una máquina de precisión contra un equipo que todavía está tratando de descifrar cómo jugar en las ligas mayores. Pero así es esto, el que tiene más saliva traga más pinole, y Northwestern tiene una cisterna llena.

¿Por qué los apostadores siguen perdiendo dinero con los equipos de la MAC?

Porque se compran el cuento del ‘underdog motivado’ y no ven las estadísticas frías. Y creen que porque Central Michigan no ha olido un bowl en años, van a salir a jugar como si fueran los Avengers. Pero la motivación no te hace correr más rápido que un receptor de 1.90 metros que corre los 40 yardas en tiempo de olimpiada. Porque la física es gacha y no sabe de sentimientos. Y Northwestern tiene mejores atletas, punto final. Pero los medios te venden el ‘picks de hoy’ para que pienses que hay un secreto oculto. No lo hay. La fórmula es: si el equipo del Power Five no sale dormido, gana caminando. Y este año, Northwestern no se puede dar el lujo de salir dormido. Porque su programa ha tenido muchos problemas y necesitan cada victoria para que los donadores sigan soltando la lana. Pero el apostador casual ve que CMU está ‘en casa’ y piensa que van a cubrir la línea. Y sí, van a echarle ganas. Pero van a perder. Porque echarle ganas y jugar bien son dos cosas muy diferentes. Y Northwestern juega bien. Juegan un fútbol aburrido que hace que la gente le cambie al canal, pero que al final te deja el cheque en la bolsa. Porque así es el fútbol de los adultos.

Y si vemos la historia, a la MAC le va de la patada contra las conferencias grandes en los bowls. Pero seguimos esperando un resultado diferente. ¿Por qué? Porque estamos aburridos y queremos ver una sorpresa. Pero el aburrimiento no hace que CMU sea mejor equipo. Northwestern tiene equipos especiales que van a dejar a CMU encerrado en su propia yarda 10 todo el juego. Y cuando eres un equipo que vive del momento, empezar con el agua al cuello es sentencia de muerte. Pero nadie habla del despeje ni de la cobertura de patadas. Solo hablan del quarterback. Y aunque el de CMU tenga sus destellos, el de Northwestern tiene un sistema. Porque el sistema gana bowls. Los destellos ganan videos en Instagram. Y yo no sé ustedes, pero yo prefiero apostarle al sistema. Porque el sistema no se pone nervioso cuando la gente grita o cuando hace frío afuera y adentro del domo está calientito. Northwestern va a despedazar las esperanzas de Central Michigan sistemáticamente, y nos vamos a quedar pensando por qué creímos que sería diferente. Porque nunca lo es. La jerarquía está ahí por algo, y el 26 de diciembre nada más es otro día para confirmarlo. Northwestern por paliza, o mínimo por lo suficiente para que te arrepientas de haber dudado del poder de una beca del Big Ten.

Pero bueno, también hay que pensar en la flojera post-Navidad. Porque los equipos que van a Detroit el día después de los tamales a veces se ven como si preferirían estar en cualquier otro lado. Pero los de Northwestern son nerds, y a esos chavos les encanta estudiar el libro de jugadas. No son de los que se van de parranda a los casinos de Detroit dos noches antes. Son de los que se quedan viendo videos de las debilidades de la defensa de CMU que no ha visto una formación de pase compleja en todo el bendito año. Y por eso los ‘mejores picks’ siempre van con los Wildcats. Porque no solo apuestas por los jugadores, apuestas por la cultura de un programa que ve un bowl como un examen final y no como una fiesta de graduación. Central Michigan nada más está feliz de que les dieron uniformes nuevos con el logo del bowl. Pero Northwestern quiere el trofeo para ponerlo en su vitrina de lujo. Porque saben que en el nuevo fútbol colegial, si no ganas estos juegos, te borran del mapa. Y nadie en Northwestern quiere que se olviden de ellos. Porque el olvido significa que se acaba el dinero del NIL y el estadio se queda vacío. Así que van a jugar con una intensidad que va a dejar fríos a los de la MAC. Y va a estar feo el baile. Pero va a ser lógico. Porque la lógica es lo único que importa en un deporte que cada vez se parece más a las matemáticas. Y Northwestern tiene los números de su lado.

Northwestern Aplasta a Central Michigan en el GameAbove Bowl

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