Patriots en Crisis: El Sueño Guajiro de Belichick

Patriots en Crisis: El Sueño Guajiro de Belichick

Patriots en Crisis: El Sueño Guajiro de Belichick

El Desastre de Nueva Inglaterra y el Fin de la Era Belichick

A ver, no nos hagamos tontos. La maquinaria mediática, especialmente la prensa local que depende de la buena voluntad del equipo para tener acceso (y que ya está acostumbrada a hablar de la dinastía de los Patriots durante veinte años), siempre va a maquillar una derrota como un ‘escenario prometedor’ o una ‘posibilidad de remontada’ para mantener el rating y la esperanza de los aficionados. Pero seamos honestos, cualquiera que haya visto la paliza que les dieron los Buffalo Bills el domingo pasado sabe perfectamente que el equipo de Nueva Inglaterra está en caída libre. No hay nada prometedor en lo que vimos. El ‘sueño guajiro’ (ese escenario casi de fantasía del que hablan) de ganar la AFC Este es una de las mayores ilusiones que he escuchado en mucho tiempo, comparable a creer que la dieta de la piña realmente funciona o que el tráfico de la Ciudad de México va a mejorar mañana. El equipo no está simplemente tropezando; se está desmoronando a pedazos, y el único debate real es si Bill Belichick se va por la puerta grande o si lo tienen que empujar por la ventana.

La derrota contra los Bills no fue solo un partido malo; fue la confirmación de que la filosofía del ‘Patriots Way’ ya no sirve. Es una reliquia del pasado, una forma de jugar de la década de los 90 que no tiene cabida en la NFL actual, donde la ofensiva aérea y los quarterbacks dinámicos son los que dominan. El equipo de Belichick, sin Tom Brady para tapar los huecos, parece un auto viejo tratando de competir en una carrera de Fórmula 1. Simplemente no da el ancho, y la verdad, la culpa no es solo de los jugadores; es de la dirección técnica que insiste en seguir con un sistema que está obsoleto.

Mac Jones: El Síntoma de la Enfermedad

Hablemos de Mac Jones, porque él es el epicentro de este desastre. Se suponía que sería el heredero de Brady, el quarterback de bajo perfil que podía ejecutar el sistema a la perfección. Pero lo que estamos viendo ahora es a un jugador que ha perdido completamente la confianza, que lanza pases forzados, que no ve a los receptores abiertos y que, francamente, parece que preferiría estar en cualquier otro lugar que en ese campo de juego. El ‘escenario de ensueño’ que algunos analistas proponen (como Kay Adams, que siempre busca el lado positivo, aunque no lo haya) requiere que Jones juegue a un nivel que simplemente no tiene en este momento. La regresión ha sido brutal. Las constantes quejas en el banquillo, la frustración visible y la falta de liderazgo en el campo son señales de que el ‘Patriot Way’ no está funcionando para él. Es un ambiente tóxico, y no me sorprendería si Jones termina pidiendo un cambio de equipo al final de la temporada. Cuando el quarterback pierde la fe, el equipo se desmorona, y eso es exactamente lo que está pasando en Nueva Inglaterra. Es una absoluta catástrofe.

Y no olvidemos la línea ofensiva, que ha sido un colador. La incapacidad de proteger al quarterback y de establecer el juego terrestre, que solía ser la base de la filosofía de Belichick, es un indicativo de que el sistema se ha oxidado. Belichick solía ser el maestro de las adaptaciones; ahora parece el abuelo que no quiere aprender a usar el internet. Está intentando ganar con estrategias de hace diez años, y la liga ya lo superó. Es como llevar un machete a un tiroteo, y el machete está desafilado y oxidado. No hay forma de que funcione contra equipos modernos y bien dirigidos.

La Ceguera de la Lealtad: El Análisis de McCourty

Tenemos a Devin McCourty, un ex capitán de los Patriots, que habla de cómo el equipo va a ‘responder’ después de la derrota. Mira, respeto mucho a McCourty; es una leyenda del equipo, pero su análisis está teñido de lealtad. Él está viendo al equipo a través de lentes color de rosa, recordando los viejos tiempos en lugar de aceptar la realidad actual. Su predicción de que el equipo ‘sabe cómo reaccionar’ y ‘tiene garra’ se basa en la historia de la dinastía, no en el desempeño real de esta temporada. Está animando a su ex equipo (echando porras), lo cual es honorable, pero no es periodismo objetivo. Él ve al fantasma de la dinastía, mientras que nosotros vemos a un grupo de jugadores derrotados que simplemente están esperando que termine la temporada para irse a casa.

La idea de que ‘Nueva Inglaterra todavía tiene tres juegos de temporada regular por delante’ y, por lo tanto, tiene posibilidades, es la forma estándar de alargar la agonía para la televisión. La realidad es que un equipo que no puede anotar puntos contra defensas mediocres no va a encontrar de repente un nuevo nivel de juego en la recta final. El ‘escenario prometedor’ para los Patriots depende de que los otros equipos (los Bills y los Dolphins) se caigan a pedazos, lo cual no es un análisis deportivo; es simplemente una fantasía. Es un chiste. Lo que nos queda claro de esta derrota es que el equipo no es competitivo, y que su ‘promesa’ es un espejismo.

J.J. Watt: La Voz de la Realidad

Ahora, veamos el otro lado. Tenemos a J.J. Watt, un analista nuevo, sin la carga emocional del pasado de los Patriots. El input menciona que se está ‘haciendo de un nombre por ser opinionado’ y que se puso ‘en la mente de un aficionado de los Bills.’ Esto es un análisis de verdad. Él no está tratando de inventar un escenario positivo para los Patriots; está analizando el partido desde la perspectiva del equipo ganador, que es mucho más realista. Entiende que un equipo como los Bills (cuando están encendidos) tiene demasiado poder de fuego para un equipo en decadencia como los Patriots. Watt no está endulzando la píldora; está identificando la dinámica de poder real. El ‘escenario de ensueño’ para los Patriots no tiene que ver con su desempeño; tiene que ver con esperar que los demás se caigan. El enfoque de Watt es el correcto: ver la fuerza del oponente y cómo esta expone las debilidades del equipo de Belichick. Es una forma de análisis mucho más moderna y honesta.

El núcleo del problema para los Patriots no es solo una derrota; es una regresión en la filosofía de entrenamiento que ha quedado al descubierto desde que Tom Brady se fue. Belichick solía ser conocido por sus ajustes y su habilidad para ganar con menos talento, pero eso no se ha materializado en la era post-Brady. El equipo consistentemente luce desorganizado, y las jugadas ofensivas son desconcertantes. El ‘Patriot Way’ ha pasado de ser una fuerza imparable a una estrategia predecible, aburrida y francamente ineficaz en una liga que valora las jugadas explosivas y los entrenadores creativos. Estamos viendo el final de una era, y en lugar de admitirlo, los medios quieren que creamos en una fantasía ‘prometedora’ donde todo saldrá bien, simplemente porque siempre lo hizo antes. Pero seamos realistas: el ‘antes’ fue hace una década, y el ‘antes’ tenía un mariscal diferente. Los Patriots son un equipo de media tabla en el mejor de los casos, y su ‘escenario de ensueño’ es una pesadilla para lo que alguna vez fueron, un doloroso recordatorio de que incluso las dinastías más grandes eventualmente se desmoronan en polvo.

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