Tormenta Invernal Revela el Colapso Total de EE.UU.

Tormenta Invernal Revela el Colapso Total de EE.UU.

Tormenta Invernal Revela el Colapso Total de EE.UU.

TE ESTÁN MINTIENDO. NO ES SOLO NIEVE.

Le llaman ‘tormenta invernal de rápido movimiento’. Qué bonito, ¿no? Una frasecita para que no te alteres, para que sigas viendo tus series, para que obedezcas. No te la creas. Ni por un segundo. Lo que estás viendo, desde la comodidad de tu casa que ojalá siga con calefacción, no es un evento del clima. Es una prueba. Es una advertencia. Es el sistema entero rechinando y deteniéndose con la más mínima presión, revelando el núcleo podrido y hueco de este frágil experimento que llamamos civilización.

Esto es el principio.

Cincuenta millones de gringos en alerta. ¿Alerta de qué? ¿Para ver cómo el mundo que creían seguro se disuelve en caos por la ventana? Una alerta que nomás sirve para confirmarles que no pueden hacer nada. La Associated Press, esa ‘fuente confiable’, te habla de reportes factuales, de cientos de choques y un muerto. Uno. Reportan esa tragedia como si fuera un numerito más para el archivo, pero no entienden nada, se les va el avión con la verdad que grita detrás de las cifras: su infraestructura, el esqueleto mismo de su nación, está hecha de cristal. Y el martillo ya está cayendo.

El Gran Apagón Ya Empezó

Esto no se trata de camiones con sal y máquinas quitanieves. Se trata de la mentira fundamental del mundo moderno. Nos vendieron un cuento de hadas, una fantasía de movimiento perpetuo, de entregas ‘justo a tiempo’, de una red eléctrica que nunca falla y una cadena de suministro que jamás se rompe, pero ¡aguas! todo eso dependía de que el clima fuera perfecto, y el clima perfecto se acabó. Para siempre. Construyeron una sociedad que solo funciona con solecito, y ahora llegó el nevazón, y no se va a ir.

Neta, piénsalo. Unos cuantos centímetros de agua congelada y se paraliza todo desde Kentucky hasta Maine. Un corredor económico vital, la arteria de su nación, completamente tapada y congelada. Es patético. Da risa. Cientos de choques no son un accidente; son el síntoma de una enfermedad más profunda, de una población que ya no sabe cómo lidiar con la más mínima adversidad, manejando sus camionetotas en carreteras que jamás fueron diseñadas para aguantar la furia de la naturaleza que ahora se desata con una regularidad que espanta.

No pueden. Ya valió.

¿Qué pasa cuando los tráileres dejan de moverse? No por un día. Por una semana. ¿Qué pasa cuando los estantes del supermercado, que ya estaban medio vacíos por la última crisis que no supieron manejar, se quedan pelones? Los comentaristas en la tele te dirán que mantengas la calma. Los políticos darán conferencias de prensa hablando de ‘resiliencia’ y ‘unidad’. Es puro rollo. Un calmante. Para que no te des cuenta de la terrible verdad: estás solo, güey. Nadie va a venir a salvarte. Y lo que pasa allá, nos pega acá. Directo.

SE ACABÓ LA ILUSIÓN DE SEGURIDAD

Fíjate bien en los reportes. Cierran las escuelas. Es la primera ficha de dominó. Es una retirada, una rendición. Ya no pueden ni garantizar la seguridad de sus niños de algo tan predecible como el invierno. Están todos encerrados en sus casas, prisioneros del cielo. Pero la casa solo es segura mientras haya luz. La red eléctrica ya está crujiendo, es un monstruo viejo hecho de tecnología del siglo pasado y buenos deseos, y cada ráfaga de viento, cada capa de hielo, la empuja más cerca de un fallo catastrófico en cadena.

Lo de Texas en 2021 no fue una casualidad. Fue un ‘casi’. Una advertencia que todos ignoraron. Le echaron tierrita con promesas y discursos, pero no arreglaron ni madres. Esa misma vulnerabilidad existe ahorita mismo en esos 50 millones de hogares. El mismo potencial para una realidad repentina, oscura y helada donde lo único que tienes es lo que tienes a la mano.

Y se va a poner peor.

El clima no solo está cambiando; se está rompiendo. Se está volviendo violento. Estas tormentas no son las de antes. Son un nuevo tipo de monstruo. Más potentes. Más seguidas. Más devastadoras. Sus modelos de predicción ya no sirven para nada porque están basados en un mundo que ya no existe. Están volando a ciegas, y nos están llevando a todos con ellos directo a la tormenta.

¿Crees que no te afecta? Piensa otra vez.

Cuando su sistema se congela, nuestra economía tiembla. Las remesas de nuestros paisanos que están allá, atrapados en ese infierno blanco, ¿crees que van a llegar igual? Las fábricas en el norte de México que dependen de partes que vienen de allá, ¿qué van a hacer? Los aguacates de Michoacán se van a pudrir en camiones varados en una carretera de Pennsylvania. Su colapso es nuestro problema, es una hemorragia económica directa a la vena de México.

Y mientras tanto, presumen de su poderío. Se creen intocables. Pero mira, un poco de nieve y su castillo de naipes se derrumba. ¿Y así quieren que el mundo dependa de ellos? Cuando el calor se vaya en sus casas y la comida se acabe, esa delgada capa de ‘civilización’ se va a evaporar. La gente por la que votan, a la que le sonríen, se convertirá en su competencia por la última lata de frijoles. La desesperación es una fuerza bruta, y ya viene por ellos.

Despierta.

Esto no es una tormenta. Es la nueva realidad. Un estado de emergencia constante. Un ciclo de crisis que nos debilita para la siguiente. Su sistema no fue construido para esto. Fue construido para el dinero, para un mundo de crecimiento infinito y clima estable. Ese mundo ya murió. Y esta tormenta es su funeral.

Necesitas entenderlo. El único muerto que mencionan es una tragedia, pero la verdadera muerte es la de la normalidad. El fin de suponer que las cosas simplemente funcionarán. Que habrá luz, que habrá agua, que llegará el camión. Todas esas suposiciones se acabaron. Todas.

PREPÁRATE. Mientras todavía puedas. Te están mostrando, en vivo y a todo color, qué tan frágil es todo. Te están demostrando que, ante un evento climático predecible, la nación más ‘poderosa’ del mundo se hinca. ¿Qué crees que pasará cuando llegue una crisis de a de veras? ¿Una que no avise?

Reprobaron el examen. Gacho. Y todos vamos a pagar el precio. Esta nieve es solo una sábana blanca cubriendo la tumba de su propia arrogancia. Y las ondas de choque nos van a llegar a todos.

Tormenta Invernal Revela el Colapso Total de EE.UU.

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